lunes, 17 de junio de 2013

La belleza "caucásica" del gaucho (1927)


Hace unos días, el reconocido musicólogo uruguayo Coriún Aharonián hizo circular entre sus contactos esta apreciación que un escritor y funcionario uruguayo hizo en 1927 respecto del fenotipo necesario para representar noblemente al gaucho en un monumento en Montevideo. Transcribo su misiva:

Mario Falcao Espalter (1892-1941) escribe en La Prensa (sección segunda, Buenos Aires, 1-1-1927), bajo el título “El escultor Zorrilla de San Martín”, sobre el monumento montevideano al gaucho:
" [...] Será un monumento espléndido. [...] La vulgaridad del arquetipo del criollismo tradicional había tornado casi imposible su reconquista por el arte plástico, porque el gaucho no ha sido un ser pulcro, capaz de redimirse tan fácilmente de sus impurezas al ser fundido en la fragua que consagrara su efigie. Sin ir más lejos, estaba el problema de etnología artística: ¿sería indio, pardo, mulato, blanco? Y elegido el tipo blanco, ¿se tomaría alguno de esos malhechores de mirar felino y oblicuo que las estampas de la época de Rivera y de Rosas nos han trasmitido con tanta copia de actitudes y facciones fisonómicas? 



José Luis Zorrilla ha embellecido al gaucho, no cabe duda. Para hacerlo entrar en el arte había que posar en su rostro la grandeza moral de la epopeya de la Independencia. Esta cruzada refluye sobre el artesano que la realizó, y de ahí el tipo caucásico indispensable para exaltarlo a la categoría estatuaria. 
Es un tipo representativo, el gaucho, creado en el monumento que elogio. Los países del Sur somos de raza caucásica. El mestizo, como dijo lord Bryce en su libro “Les républiques Sud Américaines” (Londres, 1912), no forma ni siquiera una clase aparte entre nosotros. 
Quédese para las extravagancias del doctor Pedro Figari el imaginar una “sociabilidad” africana con saraos y galeras de felpa motuda, digna de una ópera, pero no de la historia, ni siquiera de la crónica rioplatense... Zorrilla de San Martín ha exaltado al gaucho con arte y con verdad, la verdad esencial que cabe en los téminos augustos de la belleza. [...] " (mi énfasis)

Agradezco a Coriún Aharonián

Sobre el monumento, ver:
Sobre Mario Falcao Espalter: