viernes, 14 de septiembre de 2012

"La negra de la familia" - el racismo cotidiano..

Hace unos días apareció esta nota en uno de los blogs de La Nación. 
Llama la atención hacia un fenómeno aún poco reconocido y comprendido en nuestra sociedad: la discriminación que sufren individuos que "no son suficientemente blancos" en distintas situaciones de su vida cotidiana, aún en ambientes familiares o con amigos. 
No estamos hablando de negros (individuos socialmente clasificados como pertenecientes a la "raza negra") ni de "negros" ("cabeza", "villeros", "de mierda"). O sea, no son casos de personas consideradas "racialmente" negras, ni tampoco que sean estigmatizadas por su condición socio-económica y el color oscuro de su piel. 
En este caso, nos referimos a las personas de clase media (alta, media, baja) que no entran dentro del espectro cromático y fenotípico que, en el imaginario social, caracterizaría a este sector social.
Es claro que cuanto más pobres y oscuras sean las personas, mayor cantidad de experiencias de racismo cotidiano deberán enfrentar, pero el espectro del racismo cotidiano en nuestro país involucra a una cantidad de personas mucho mayor de las que creeríamos basándonos sólo en criterios estrictos de "raza" o de "clase".
No concuerdo con el giro específico que la periodista le da, en la segunda parte de su texto, hacia el tema del "bullying" -ya que es un problema liso y llano de racismo, que puede involucrar tanto a compañer@s, como a maestr@s, amigos y familiares- pero bueno, como dicen los brasileros, não faz mal llamar la atención  hacia esta problemática, aunque claramente la excede.

Foto: Micaela de niña

El karma de ser la “negra” de la familia
Por Micaela Urdínez  (responsable del  Area Periodística de la Fundación La Nación)

Antes que nada quiero aclarar que tuve la suerte de tener una infancia inmensamente feliz. Por eso, en un acto de honestidad brutal les comparto una foto mí­a de chica para que por un lado vean mi gran sonrisa pero también para que entiendan por qué en incluso en esa época dorada sufrí­a tanto el apodo de NEGRA que hoy tanto quiero. No era suficiente karma ser la única mujer entre 5 hermanos varones, sino que además tení­a que ser la única morocha de rulos entre una manada de rubios albinos de ojos claros (en el fonde derecho de la foto pueden chequearlo con la imagen de mi hermano Pato). Y sí­, este hecho hoy insignificante lograba opacarme la vida en ese momento.
El sobrenombre de Negra, Negrita, Black y hasta Nigger (que es un insulto en cualquier parte del mundo) surgí­a casi naturalmente ante un contraste evidente entre mi genética (heredada de mi madre) y la de mis hermanos (heredada de mi padre). Lo más increí­ble del asunto, es que pasé largos años de mi infancia sin poder expresar que me molestaba y dolí­a que me llamaran así­. Ni siquiera pude decí­rselo a las personas que más querí­a y más me querí­an como mi familia y mis amigos. De más está decir que tuve que soportar innumerables cargadas de parte de mis compañeros y amigos por ser “negrita”.
Así­ fue como cargué con ese estigma hasta que un dí­a me amigué con ese apodo cariñoso que hoy es parte de mi vida y que me da tanto amor escuchar. Por suerte lo mí­o fue bastante leve. En cambio, hoy son miles los chicos que en nuestro paí­s sufren en silencio de acoso, burlas o maltratos en la escuela o de manos de sus amigos. A todos ellos es que tenemos que darles la voz y las herramientas que necesitan para poder hacerse valer y salir de esa situación de sometimiento.
Según una investigación sobre violencia en la escuela, realizada por UNICEF Argentina y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en el último año el:
- 66% de los alumnos presenciaron situaciones de humillación entre ellos mismos.
- 23% estuvo preocupado por resultar ví­ctima de tal situación.
- 68% afirmó tener conocimiento de un hecho de robo de objetos del banco de un compañero o del escritorio del docente.
- 51% teme ser ví­ctima de violencia en el trayecto que va de la casa a la escuela.
- 71% presenció peleas a golpe de puño entre compañeros.
- 23% fue humillado o insultado por sus profesores, frente a sus propios compañeros.
Otro dato interesante, es que las escuelas privadas evidencian más casos de violencia €“maltrato, acoso y hostigamiento entre compañeros" que las escuelas públicas. Y si bien señala que las problemáticas vinculadas a conflictos entre alumnos -burlas, maltrato, hostigamiento, discriminación, humillaciones, padecimiento de actitudes crueles- resultan más frecuentes en los alumnos de nivel económico social alto, esta es una problemática que atraviesa todas las clases sociales.
Ante la preocupación por esta tendencia que crece dí­a a dí­a, celebro que desde el Ministerio de Educación se haya creado el Observatorio Argentino de Violencia en las Escuelas en dónde pueden encontrar información detallada. (...)