viernes, 22 de junio de 2012

"Asesinatos rituales umbanda" - Los medios siguen desinformando


Pese a la presencia cada vez mayor de religiones afro-americanas en el país (en su modalidad actual, importada desde Brasil, están aquí desde al menos 1966) los argentinos ignoran casi todo sobre ellas.
Parece haber un consentimiento de sentido común entre importantes formadores de opinión como policías, periodistas, quizás aún funcionarios de la Justicia, de que la Umbanda  mata personas como parte de sus “ritos”. Siguiendo una extraña lógica, parecen estar de acuerdo en que, como “matan animales” (en realidad, ofrendan animales), también deberían matar personas.
En los últimos años las cada vez más frecuentes (y falsas) acusaciones en los medios de que determinados “pais umbanda” habrían asesinado personas –muchas veces de maneras horribles en “ritos umbanda”- ya se tornaron parte del sentido común social. Como se cree que  “los umbanda” “andan en cosas raras” –entra y sale gente de los templos, frecuentemente vestidos con ropas inusuales, tocan tambores, a veces algunos dejan ofrendas con restos de animales en las calles- con  una lógica policíaca, cuando no heredera de los años de la dictadura, son mirados con sospecha. Y los medios se encargan de confirmar, con sus imputaciones, que estas sospechas son fundadas.


Cualquier asesinato en el que haya algún tipo de descuartizamiento o mutilación parece, en los últimos años, disparar “la pista umbanda”. Si se encuentran velas e imágenes religiosas en la casa de los sospechosos o de las víctimas, la sospecha (infundada) se fortalece.
1-En este razonamiento no sólo parece haber un gran desconocimiento respecto de qué es la  umbanda, sino también de la religiosidad de los sectores populares, donde es muy frecuente encontrar altares caseros, velas e imágenes que no se limitan a la Virgen o a los santos católicos.
2-En la medida en que la calidad de vida de los sectores populares se ha deteriorado y aumenta la frecuencia (o la visibilidad social) de la violencia cotidiana, los femicidios, la trata de personas, etc.- las manifestaciones de religiosidad popular, asociadas o no, o parcialmente, con la umbanda- también se encuentran ligadas a las vicisitudes de la vida de sus practicantes. Previsiblemente, la religiosidad popular acompaña los cambios en las vidas de las personas.



3-Sí parece ser un fenómeno novedoso el hecho de que personas en situaciones de (distinto grado de) conflicto con la ley invoquen la ayuda de seres espirituales para que los ayuden en sus emprendimientos delictivos. Puede ser San La Muerte, el Gauchito Gil, o algunos espíritus de Quimbanda. Pero son muchas más las personas que no estan en situación de conflicto con la ley (y también muchos policías) que son devotas de las mismas figuras.
4-No hay indicios de que determinadas creencias lleven al crimen, en todo caso, se intenta utilizarlos como auxiliares espirituales.
5-Esta asociación –aún tenue- está llevando a la criminalización de determinadas devociones, el caso más obvio entre los santos populares es San La Muerte –para los medios tener una imagen o un tatuaje del santo ya transforma a la persona en sospechosa- pero algo parecido y peor sucede con la umbanda.
6-La expansión en la última década y media de las religiones afroamericanas por sectores populares (antes eran más propias de sectores medios y medio-bajos) lleva también a la utilización de algunas de sus imágenes, símbolos y preceptos por fuera de los grupos religiosos –al realizarse un sincretismo, también novedoso, con santos populares, curanderismo, etc.


7-Otro problema de difícil elucidación es: quien determina que una persona que cometió un crimen es “un pai umbanda”?. Para la policía y los medios, cualquier asociación con imágenes parece transformar a la persona en “un pai”. En los contadísimos casos en que parece haber un grupo de personas que efectivamente tiene una mínima relación con la religión cometiendo delitos no hay pruebas de que la creencia religiosa los haya llevado a hacerlos. Aún si este fuera el caso,  esta creencia idiosincrática de ninguna manera se corresponde con lo que miles y miles de argentinos consideran la práctica correcta de su religión umbandista.
Los medios, aún en las instancias en que pudiera haber alguna relación efectiva entre un crimen y un devoto religioso, no deberían resaltar su pertenencia religiosa –ya que no lo hacen en el caso de la religión mayoritaria o de otras legitimadas socialmente- o, de hacerlo, llamar la atención hacia su excepcionalidad. 
Lo que tenemos actualmente, sin embargo, son una cantidad infundada de acusaciones que generan un sentido común por el que cualquier crimen truculento asociado mínimamente con elementos religiosos es visto como un “rito umbanda”. 
Lo que es peor aún, pueden llevar a que individuos sin conocimiento de la religión crean que, efectivamente, para lograr la ayuda de determinadas entidades espirituales, sea preciso cometer crímenes.


Cómo hablar con un mínimo de propiedad sobre la Umbanda:
La umbanda es una religión, no es “el culto umbanda” o “los ritos umbanda”.
Sus practicante son “umbandistas”, no son “los umbanda”. “Los Umbanda” es un grupo de música –bastante bueno, por cierto.
Los umbandistas realizan rituales religiosos, no “ritos”.
Ofrendan animales a sus deidades, no “matan animales”, ni mucho menos los “torturan”.
Todas las ofrendas de animales, sustentadas en una determinada lógica religiosa o teología, son para mejorar las vidas de las personas en este mundo.
Matar o sacrificar personas resulta una aberración para los practicantes de estas religiones, ya que para ellos la vida humana es el bien supremo. Son religiones fuertemente orientadas hacia este mundo, no hacia otro trascendente. Intentan ayudar a la felicidad de las personas aquí y ahora, no en un mundo posterior.
En realidad la variante de religiosidad afroamericana conocida como Umbanda no ofrenda animales, sí lo hacen otras variantes como la Quimbanda, o el Batuque, también llamado Nación. Como la mayoría de los templos practican Umbanda, Quimbanda y Batuque (y como la Umbanda fue la primer variante que llegó al país) socialmente se conoce a la conjunción de estas religiones como Umbanda, y a sus practicantes como umbandistas