jueves, 10 de noviembre de 2011

Se estrenó Orillas

Finalmente, se estrenó la película Orillas, del director argentino Pablo César, y de la cual ya dimos noticias en diversas oportunidades en el blog. 
La trama entremezcla protagonistas y escenas de la Isla Maciel en Buenos Aires y de Cotonou en Benin, dándole lugar también a las creencias religiosas afro-americanas.
Las críticas (ver abajo) fueron desparejas.
Transcribo el argumento, tal como lo presenta el blog Demasiado Cine!


"Isla Maciel, Gran Buenos Aires, República Argentina. Shantas es un joven delincuente, de aspecto mestizo, apenas mayor de edad. Su pequeña casita de chapa se haya en Villa Tranquila, uno de los asentamientos marginales más extensos de la Argentina. Junto a sus amigos Víctor y Joni, sobrevive robando pequeños comercios. Pero Shantas no es un simple ladrón: Julio, el sacerdote Umbanda del barrio que profesa el poder de los dioses Orishás entre los jóvenes, lo ha señalado como un ser especial, un ser invencible e inmortal. La tradición africanista que llegó al continente americano junto con los esclavos permanece viva en las prácticas religiosas y en los sacrificios que cientos de fieles llevan a cabo hoy en día. Shantas es precisamente un joven cuyo pasado está vinculado al África. Su piel mestiza y su fascinación por el Umbanda, una religión sincrética producto del choque entre el animismo y el cristianismo, dan cuenta de sus más profundos orígenes. En Shantas fluye una fuerza que ni siquiera él mismo alcanza a comprender pero que lo empuja hacia delante con la plena convicción de que algo de sí es inmortal; algo permanecerá vivo, incluso a costa de su propia vida. De esa forma Shantas se lanza en sus aventuras a través de un mundo signado por la violencia y la desigualdad social, enfrentando todos los peligros no sólo con su pistola sino también con el fuerte convencimiento de que nadie puede matarlo.


Afueras de Cotonou, República de Benin, Oeste africano. Babárímisá es un niño de una comunidad Yoruba que con apenas quince años sufre de una extraña enfermedad del corazón. Junto a su madre, Morenike, visitan con regularidad un hospital asentado por cristianos que atiende gratuitamente a la gente de la zona. Sin embargo los recursos del hospital son mínimos y no hay mucho que puedan hacer por la salud de Babárímisá. Las posibilidades de sobrevivir son exiguas y el doctor no vacila a la hora de comunicárselo a Morenike. Después de todo Babárímisá es solamente otro más: el continente africano tiene el índice de mortalidad infantil más alto del planeta.

Pero Morenike no tiene intenciones de sentarse a esperar. Apenas abandonan el hospital se dirige a la casa de Irawo, una sacerdotisa Yoruba a quien recurre para elevar su petición a los ancestros y a los dioses Orishas. Morenike teme haber ofendido a alguna deidad y que eso haya resultado en que su hijo enferme. De esa manera y de la mano de Irawo, comienzan a llevar a cabo todo tipo de rituales y sacrificios para reestablecer su vínculo de armonía con los dioses Orishás y, sin saberlo, ponen en funcionamiento un mecanismo que va mucho más allá de su propia imaginación y que alcanza los destinos más recónditos en una villa miseria de Sudamérica.


Ninguno está al tanto de lo que pareciera ser una fuerza superior manipulándolos. Sin embargo, sus caminos confluyen trágicamente a partir de diferentes sucesos a cada lado del océano. Una violación. Un deseo irrefrenable de venganza. Un hombre dispuesto a todo con tal de devolverle la esperanza a quienes más la necesitan. Una Fundación evangelista que pretende lavar su imagen de corrupción. Un viaje inimaginable.
América y África fueron alguna vez un único continente. Hoy, sus universos se hayan distanciados por mucho más que un gigantesco océano. Pero sus orillas vuelven a llamarse la una a la otra y parecieran prácticamente poder tocarse en esta historia de violencia y desesperación, cuyo relato se mueve con crudeza a través de mundos oscuros, resaltando de esta manera el fulgor incandescente de la esperanza.
En el elenco principal se encuentran 3 jóvenes debutantes, chicos de barrio, quienes estuvieron largo tiempo preparándose para sus roles. Leonel Arancibia, Esteban Díaz y Cristian Guitérrez interpretan a los jóvenes Shantas, Victor y Joni respectivamente."

Críticas de la película:
Entrevista al director: http://www.raizafro.com.ar/?p=1219
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