lunes, 22 de agosto de 2011

Racializando al Ejército de los Andes...

Hoy mi amiga Paula (Q!) me manda el enlace de este corto(istmo) video de canal Encuentro –un mini-trailer temático, digamos, de la película Revolución. Al hacerlo me manifiesta también un desencanto con el audio, algo que “le hace ruido”, quizás la (nueva, múltiple, infinita) repetición de la misma historia, ahora en ropaje técnicamente más moderno y en versión más multicultural –en la medida en que muchos de los extras son inmigrantes africanos-.
Debo confesar que aún no ví la película entera, pero que las partes que sí presencié –especialmente las que muestran a los soldados negros- me parecieron interesantes. Creo que es adecuado y justo devolverle algo de racialidad (y etnicidad) al ejército de los Andes.


Vi este trailer una vez, y luego otra, pensando en lo que me había dicho Paula. ¿Era, efectivamente, la misma  historia, contada una y otra vez?
No era, acaso, suficientemente novedoso centrar el trailer en el hecho de que –como reza el epígrafe del mismo-: “ la mayor parte de la infantería del Ejército de los Andes estaba integrada por afrodescendientes” –especialmente usando esa palabra y no la más esperable y hoy ya demodé, “negros”?
Por otro lado, la segunda parte del texto: “muchos de los cuales eran esclavos que se convirtieron en libertos al ser alistados como soldados?” es, básicamente, verdadera. 
Claro que no cuenta toda la verdad. Sin duda que es difícil hacerlo en los 44 segundos que dura el trailer, pero quizás en ese breve lapso sí se podía/debía agregar la frase “si sobrevivían”. Algo que es obvio, pero que, si sólo se menciona el acto de dar la libertad disfraza de gesto magnánimo lo que sólo fue una necesidad de urgencia. 


Foto de la película Revolución

De acuerdo con la época en que fueran reclutados los soldados, se les exigía cinco años de servicio efectivo, o posteriormente, servir hasta dos años después de que finalizaran las hostilidades. Tampoco está muy claro si estos soldados “libertos” –o cuántos de ellos- consiguieron, efectivamente, la libertad.
Contra el mito de que gran o la mayor parte de los soldados negros fueron asesinados –que también ayuda a crear el mito de la "desaparición" de los afro-argentinos, en una versión quizás más crítica- el historiador norteamericano George Reid Andrews sostiene que gran parte de las bajas se debían probablemente a la deserción –actividad que emprendían, con cautela pero entusiasmo, soldados de toda clase y condición. 
De todas maneras, muchos, sin duda, fallecieron. Otros quedaron lisiados.
El “pasaje” a la libertad fue caro, restringido y penoso.


Agradezco, claro, a Paula Picarel...
Fuente: http://www.youtube.com/watch?v=M_QF0giQcCs
Fuente de la foto:
http://www.facebook.com/?sk=inbox&action=read&tid=id.172642246139350