martes, 28 de junio de 2011

Día de la Cultura Africano-Argentina en la Provincia de Buenos Aires

Gracias al grupo yahoo Esplendor Afroargentino de Pablo Cirio me enteré que una noticia en un diario online mencionaba que "el congreso de la provincia de Buenos Aires" había declarado al 11 de Octubre como el "Día de la Cultura Afro-Argentina" o "Afro-Americana" -las versiones no concordaban.
Busqué en el site de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, y allí estaba, la ley 14276, que instituía a esa fecha como “Día de la Cultura Africano-Argentina”.





En los fundamentos de la ley, se argumenta:
"Por hallarnos en el año del Bicentenario de nuestra patria, parece necesario y conveniente no dejar de lado balances históricos que exceden la coyuntura. Se impone, en este sentido, reconocer y rescatar del olvido el papel de la cultura africana en nuestro país en general y en nuestra Provincia en particular, pues constituye un hito insoslayable de nuestra nacionalidad, no solo desde sus orígenes, sino incluso desde varios siglos antes.


            Es sabido que el primer ingreso de esclavos negros a nuestro país data del año 1588. Desde entonces, la inmensa mayoría de los descendientes de africanos en estas tierras se desempeñó como mano de obra esclava, sometida a maltrato y explotación. Durante el período colonial, la población negra de Buenos Aires nunca fue menor -según los cálculos de diversos historiadores- del 20% del total.
            Los grupos provenientes de África se extienden por todo el Continente Americano e ingresan en masa en América del Sur durante el auge del tráfico de esclavos por las rutas del Océano Atlántico.[1] Naturalmente, estas migraciones obedecen al desarrollo económico de los colonos provenientes de Europa, basado hasta el siglo XIX en la explotación agrícola y la minería, las cuales por otra parte financiaban la economía iberoamericana y a su vez las coronas española y portuguesa. Al igual que cierta tradición de pensamiento que privaba a los indios de alma, así también los colonos europeos no consideraban que los negros debían estar protegidos por los institutos legales de la “humanidad” (europea). Por esta razón, el africano era visto, como reza la famosa frase de Aristóteles, como un “instrumento animado”, cuya esencia y destino era la agotadora labor. El grueso de la inmigración africana en nuestro país se compuso de angoleños y congoleños, también mayoritarios en Chile, Perú, y Uruguay. Buenos Aires y Montevideo se convirtieron entonces en los puertos más importantes del Atlántico Sur y abastecieron a todo el interior del Virreinato del Río de La Plata. En nuestro país, los esclavos negros fueron utilizados en tareas rurales, la ganadería, las labores artesanales, el trabajo doméstico. Las familias propietarias de esclavos los hacían trabajar como talabarteros, plateros, pasteleros, lavanderas, peones o maestros de música, fuera de la casa, para así sostener un estilo de vida elevado.
            En el censo de 1778 se consigna que en el noroeste argentino, en la zona de Tucumán, el 42% de la población era negra; en Santiago del Estero, 54%; en Catamarca, 52%; en Salta, el 46%; en Córdoba, el 44%; en Mendoza, el 24%; en La Rioja, el 20%; en San Juan, el 16%; en Jujuy, el 13%; en San Luis, el 9%. En el año 1813,la Asamblea decreta la abolición de la esclavitud, en lo que constituye un gesto de reconocimiento a la población de origen africano. Algo similar sucede durante la gobernación de Juan Manuel de Rosas cuando tiene lugar un cierto auge de la comunidad negra de Buenos Aires, que asciende entonces al 30% de la población total. El mismísimo gobernador asistía regularmente con su familia a los candombes, que representaban una de las pocas formas culturales en que les era permitido expresarse a los agro-argentinos.[2]
            Sin embargo, a lo largo del siglo XIX desciende notoriamente la proporción de africanos en la población argentina. En 1801 se reglamentaron las formaciones milicianas con negros, a las que se denomina Compañías de Granaderos de Pardos y Morenos. Muchos de los argentinos africanos participaron en la defensa durante las invasiones inglesas. Habiendo regresado San Martín de España en 1812, su primera misión es la organización del Regimiento de Granaderos a Caballo. Al hacerse cargo del ejército del Norte, sus tropas se componían de 1.200 hombres, de los cuales 800 eran negros libertos, o sea, esclavos rescatados por el Estado para ser destinados a la milicia. Asimismo, muchos africanos mueren tras ser reclutados para el Ejército de Los andes durante la campaña de Chile, Perú y Ecuador, entre 1816 y 1823: de los 2500 soldados negros que iniciaron el cruce de Los Andes retornaron con vida 143. Unos años después, numerosos argentino-africanos integraron las fijas del ejército en la guerra contra Brasil (1825-1828). Los sobrevivientes volvieron a guerrear a continuación en la guerra civil entre unitarios y federales. El brigadier general y gobernador de Buenos Aires, don Juan Manuel de Rosas, los había convocado para formar el Batallón Provincial y el Batallón Restaurador y el devenir de la historia quiso que formaran parte de los bandos enfrentados en las batallas de Caseros, Cepeda y Pavón. Con el fin de la Guerra dela Triple Alianza contra Paraguay (1865-1870) acabó el ciclo bélico iniciado casi 50 años antes y la Nación estaba ya pacificada. No hubo como consecuencia de ello reconocimiento alguno para los agro-argentinos. Por el contrario, en las calles de buenos Aires o de otras ciudades del país era posible encontrar negros viejos, antiguos combatientes, mendigando para sobrevivir, mutilados, heridos, olvidados.
            Un ejemplo paradigmático de este olvido es María Remedios del Valle, quien se había alistado en el Ejército del Norte un mes después de la proclama de mayo. Luego de haber combatido en las batallas de Tucumán, Desaguadero, Salta, Vilcapugio y Ayohuma (donde fue herida de bala y cayó prisionera de los realistas), acabó mendigando en la ciudad de Buenos Aires. La casualidad quiso que el diputado Juan José Viamonte se cruzara con Del Valle en la actual Plaza de Mayo, la reconociera y solicitara para ella en el año 1827 una pensión por sus servicios en la guerra emancipadora. Después de más de un año de discusiones, se le concedió el sueldo correspondiente al grado de Capitán de Infantería. Sin embargo, por dificultades burocráticas, Del Valle jamás cobró su pensión. [3]
            Hacia fines de siglo, el ingreso masivo de la inmigración blanca europea hará bajar drásticamente, en términos relativos, la proporción de población negra e india en todo el país. Incluso los documentos oficiales comienzan a denominar a la población anteriormente denominada negra, parda, morena, O de color como “trigueña”, vocablo ambiguo que carece de precisión y puede aplicarse a diferentes grupos étnicos. Así las cosas, para fines de 1887 el porcentaje oficial de negros es de 1,8%. [4] A partir de ese período ya no se informa sobre este dato en los censos. Se ha intentado explicar este fenómeno a partir de la idea racial anti-africana de la generación del ’80, pero recientes estudios aseguran que esta perspectiva es, al menos parcial[5]
            En virtud de lo dicho estaría justificado un reconocimiento al aporte de los africanos argentinos a la construcción de nuestro país. En efecto, como dice Renan, una Nación es
en el pasado, un legado de gloria y de añoranzas para compartir; en el provenir, un mismo programa a realizar; haber sufrido, disfrutado, haberse esperanzado juntos: vale más eso que aduanas comunes y fronteras conformes a ideas estratégicas; esto es lo que nos implica más allá de las diferencias de raza y lengua. […] Cuando se trata de recuerdos nacionales, los duelos valen más que los triunfos ya que imponen deberes y organizan el esfuerzo en común.
Una nación es así una gran solidaridad, constituida por el sentimiento de los sacrificios que se hicieron y de los que todavía se están dispuestos a hacer. Supone un pasado; se define, sin embargo, en el presente por un hecho tangible: el consentimiento, el deseo claramente expresado de continuar la vida común. La existencia de una nación es (que se me perdone esta metáfora) un plebiscito cotidiano, como la existencia del individuo es una afirmación incesante de la vida.”[6]
            Sin embargo, en ese caso el reconocimiento sería parcial. En efecto, los afro-argentinos no solo se han expuesto en pos de una nueva comunidad que surgía en esta tierra, sino que han sumado su creatividad y productividad a diversas manifestaciones de nuestra cultura. A pesar de haber sufrido tanta adversidad, estos hombres y mujeres dejaron una improbota inconfundible en todos los aspectos de la sociedad argentina. Contribuyeron al surgimiento de formas artísticas populares como la payada (por ejemplo, Gabino Ezeiza, José Betinoti y Nemesio Trejo), el tango (Horacio Salgán), la milonga y la chacarera. Se destacaron en la interpretación y composición de diversos géneros musicales (Federico Espinosa – el Strauss argentino-, Manuel Posadas, Roque Rivero, etc.). También aportaron infinidad de palabras en castellano del Río de la Plata, enriqueciéndolo: batuque, malambo, bujía, conga, bombo, cafúa (lunfardo), candombe, mandinga, etc., y habilidad literaria, como es el caso de Horacio Mendizábal (Primeros versos, 1865; Horas de meditación, 1869).
            El presente proyecto propone adoptar el día 11 de octubre como Día de la Cultura Afro-argentina en homenaje a la capitana María Remedios del Valle, pues ese día del año 1827 se trató y aprobó la petición para otorgar sueldo de capitán de infantería a la “Madre de la Patria”.
            En razón de lo anterior solicito a los señores senadores que me acompañen en la aprobación de esta iniciativa.


[1] Alrededor de 12.000.000 de africanos introducidos en Latinoamérica.
[2] La palabra candombe aparece pro primera vez en una crónica del escritor Isidoro de María y con toda verosimilitud deriva de la voz bantú k’ndombe, que provendría de Angola y habría llegado a América del Sur a partir del ingreso forzado de africanos provenientes de los reinos de Kongo, Anziqua, Nyongo, Luango y otros. Dice Rubén Carámbula en El Candombe, Bs. As., 2005, p. 13: “Desde un punto de vista social [el candombe] es una pantomima de la coronación de los Reyes Congos, pero imitando las costumbres de los Reyes blancos. Desde el punto de vista religioso, constituye un auténtico sincretismo entre la religión bantú y la católica […] El término es genérico para todos los bailes de negros, sinónimo pues de danza negra, evocación del ritual de la danza”. 
[3] Unos datos más sobre la capitana. Combatió desde 1810 a 1821 y en víspera de la batalla de Tucumán se presentó ante Belgrano para atender a los heridos en las primeras líneas de combate. Belgrano, contrario a la participación femenina en los posiciones de alto riesgo, se negó. Sin embargo, la capitana se filtró en la batalla y llegó al centro del combate, donde asistió a los soldados heridos y alentó a batir al enemigo. Los soldados comenzaron a llamarla “La Madre de la Patria”. Murió en 1847 en la indigencia y el olvido y de ella no se ha conservado retrato alguno.
[4] Este fenómenos de invisibilización, lejos de agotarse en el siglo XIX, tiene –según los estudiosos- notables continuidades en nuestro tiempo: “La ‘blaquedad’ [,,,] porteña no es problematizada como categoría social pero sí precisa ser construida constantemente a nivel micro, a través de la adscripción de la categoría de negro tan solo a quienes tienen tez bien oscura y cabello mota. De hecho, ‘negro mota’ es el término más frecuentemente utilizado para afirmar inequívocamente que una persona es ‘negra, negra’, que pertenece a la ‘raza negra’. Con esta lógica de clasificación racial, los ‘negros’ (‘verdaderos’) siempre serán cada vez menos. Esto es socialmente necesario porque: a) la existencia de un número importante o visible de negros –así como el reconocimiento de que tuvieron un rol de una determinada importancia en nuestra cultura o nuestra historia- va absolutamente en contra de la narrativa dominante de nuestra historia y en contra de nuestro sentido común b) además, y principalmente, porque ser ‘negro’ es considerado una condición negativa. Propongo, entonces, que la invisibilización de los negros, se produce no solo en la narrativa dominante de la historia argentina –aspecto más tratado y sobre el cual existe bastante consenso- sino también en las interacciones sociales de nuestra vida cotidiana” (Alejandro Frigerio, “De la ‘desaparición’ de los negros a la ‘reaparición’ de los afrodescendientes: comprendiendo la política de las identidades negras, las clasificaciones raciales y de su estudio en la Argentina”, en Gladis Lechini, Los estudios afroamericanos y africanos en América Latina: herencia, presencia y visiones del otro, Buenos Aires, 2008).
[5] Jean Arsène Yao, “Negros en Argentina: integración e identidad”, en Revue de Civilisation Contemporaine de l’Université de Bretagne Occidentale, http://www.univ-brest.fr/amnis/documents/Yao2002.pdf
[6] E. Renan, ¿Qué es una nación?, Bs. As., Hydra, 2010.

Bibliografía de consulta
-          Alvarez, Juan, Las guerras civiles argentinas, Bs. As., 1972.
-          Andrews, George Reid, Los afro-argentinos en Buenos Aires, 1800-1900, Bs. As., 1989.
-          Bagú, Sergio, Estructura social de la colonia, Bs. As., 1952.
-          Barreda Laos, Felipe, “Régimen colonial de la esclavitud de los negros” en Revista de la BibliotecaNacional, Bs. As., 1947.
-          Bevilacqua, Norberto A., Tango, afrocubano, andaluz, criolla, Bs. As., 1996.
-          Benarós, León: “La trata de negros en el río de la Plata”, en Todo es Historia, Bs. As., 1982.
-          Chumbita, Hugo, “Esclavismo y rebeliones de negros en América”, en Todo es Historia, Número 234.
-          Clemente, Hebe, La abolición de la esclavitud en América Latina, Bs. As., 1974.
-          Coria, Juan Carlos, Pasado y presente de los negros en Buenos Aires, Buenos Aires, 1998.
-          Díaz, Benito, “Datos sobre la inmigración de la provincia de Buenos Aires (1820-1854)”, en Humanidades, № 36, La Plata, 1989.
-          Estrada, Marcos de, Argentinos de origen africano, Bs. As., 1979.
-          Frigerio, Alejandro, “Las religiones africanas en la Argentina: cosmovisión y prácticas” en Sociología de la religión, Buenos aires, 1996.
-          ----------------------- De la umbanda al africanismo: identificación étnica y nacional en las religiones afrobrasileñas en Argentina, Universidad Federal do Rio Grande do Sul, 1993.
-          ----------------------- “La umbanda, los negros y la pobreza como zonas ocultas del país”, Clarín, Buenos Aires, febrero 1993.
-          Gallardo, Jorge E., Presencia africana en la cultura de América Latina, Bs. As., 1986.
-          S. As., 1974.
-          Manis, D. y Crowley, M., Historia de la trata de negros, Madrid, 1970.
-          Massini, José L., “La esclavitud negra en la República Argentina. Época Independiente”, en Revista de la Junta de Estudios Históricos de Mendoza, I, № 1, 1961.
-          Mellafe, Rolando, La esclavitud en Hispanoamérica, Bs. As., 1964.
-          Molinari, Diego L., La trata denegros, Bs. As., 1944.
-          Mörnet, Magnus, La mezcla de razas en América Latina, Bs. As., 1963.
-          Morrone, Francisco C., Los negros en el ejército: declinación demográfica y disolución, Bs. As., 1996.
-          Noel, Martín A., Los negros porteños, Bs. As., 1980.
-          Ortiz Oderigo, Néstor, Aspectos de la cultura africana en el Río de la Plata, Bs. As., 1980.
-          Puccia, Enrique: Breve Historia del carnaval porteño, Cuadernos de la Ciudad de Buenos Aires, Bs. As., 1974.
-          Rossi, Vicente, Cosas de negros, Bs. As., 1958.
-          Studer, Elena F. S. de, La trata de negros en el Río de la Plata en el Siglo XViii, Bs. As., 1984.
-          Tannembaum, Frank, El negro en las Américas: esclavo y ciudadano, Bs. As., 1968.
-          Zorraquín Becú, Ricardo, la organización política argentina en el período colonial, Bs. As., 1967.

Copia de la ley en:
http://www.hcdiputados-ba.gov.ar/index.php?id=leyesDecretos&id_menu=ultimasleyes
Fundamentos de la ley en:
http://www.hcdiputados-ba.gov.ar/refleg/f14276.htm
Agradezco a Pablo Cirio y a Pedro Emanuel por plantear el tema en el grupo Esplendor Afroargentino

Qué hay en un nombre...

Celebro -sin duda- la decisión de los diputados y senadores bonaerenses.
No deja de llamar la atención, sin embargo, los varios nombres que se le dan al día, aún en los documentos oficiales.

En la promulgación de la ley -y por lo tanto, supongo que será el nombre "final", dice:
“Día de la Cultura Africano-Argentina”.
http://www.hcdiputados-ba.gov.ar/refleg/l14276.htm

En la parte en que se resume la carrera legislativa de la iniciativa, dice:
“Día de la Cultura Africano-Americana
http://www.hcdiputados-ba.gov.ar/includes/ley_completa.php?vnroley=14276

En los fundamentos de la ley, el nombre original parecía ser:
"Día de la Cultura Afro-Argentina"
http://www.hcdiputados-ba.gov.ar/refleg/f14276.htm

Caramba, qué difícil es conceptualizar las cosas, verdad?


Por otro lado, notemos que el nombre del día hace referencia a la Cultura, y no a las personas -que, según se desprende de los verbos en tiempo pasado utilizados en la fundamentación, ya no existirían-.
Una reivindicación que no llega a cuestionar la narrativa dominante de la nación...
Pero bueno, quizás sirva como apoyo a nuevos reclamos...

viernes, 24 de junio de 2011

sábado, 18 de junio de 2011

Qué hay en el pelo...

Afiche de la Noche de la Belleza Negra, del bloco afro Ilê Aiyê, una interesante manera de revalorizar peinados, corporalidades y subjetividades negras

La primera vez que fui a Salvador (Bahía)  hace unos treinta (¡!) años atrás, recuerdo que me llamó la atención la cantidad de chicas/mujeres bahianas con el pelo planchado. Paraba en una casa de estudiantes en el Largo do Pelourinho, cuando el lugar aún era un barrio  popular -quizás ya no el de Tenda dos Milagres, de Jorge Amado, pero si lo suficientemente parecido como para evocarlo-. Me recuerdo (no sé si lo invento) caminando por la calle y mirando pequeñas peluquerías casi sobre la vereda donde se hacían estos alisados de cabello. Quizás unos diez años más tarde, luego de Ilê Aiyê, Olodum y en el apogeo de la reafricanización del carnaval bahiano, surgieron varias peluquerias –igual de chiquitas- donde se hacían “penteados afro”. Nunca supe si las anteriores se habían reconvertido, o si eran nuevas manos las que se movían, ahora más cariñosamente, por los cabellos de las bahianas. Veinte años después de la primera visita, la especialidad ya se habia comercializado -probablemente, banalizado- y alrededor del Terreiro de Jesús muchas bahianas ofrecían, munidas de una sillita e implementos varios, trenzar los cabellos de las turistas blancas que visitaban el ahora sanitizado barrio convertido en un parque temático da bahianidade y permitirles llevar un poco consigo, en su pelo.

Esta mini-introducción va sólo para remarcar que la forma de llevar el pelo –y de disciplinarlo- son una dimensión importante en la construcción de imágenes –pero también personas- racializadas. Para nuestro contexto, baste decir, como afirmé en otras oportunidades, que una forma de señalar que una persona es inequívocamente de “raza negra” es decir que es “negro mota”.
Tener “buen pelo” o mal pelo” es una evaluación que afecta directamente la vida de millones de personas en nuestro continente. Cuando estaba en la primaria y empezábamos a ir a fiestas, un amigo que tenía el pelo rubio pero muy crespo se lo peinaba o engominaba incesantemente, intentando -infructuosamente- alisarlo y moría de envidia de un compañero que tenía pelo lacio, gran jopo sobre la frente y se lo sacudía para atrás todo el tiempo. La ubicuidad del uso de tocas (antes), planchitas (ahora) así como la omnipresencia de “claritos” en los cabellos de las mujeres de clase media -que durante un tiempo eran casi una marca de argentinidad que se apreciaba claramente en viajes al exterior- sugieren preocupaciones casi obsesivas que van más allá de meras modas y apuntan hacia dimensiones relevantes en la construcción de identidades e imaginarios racializados –tanto para la construcción de “negritud” como de “blanquedad”.
La entrada que sigue a ésta fue tomada del blog Afroatitudes, de Daniela Gomes, periodista y académica paulista. El relato en primera persona me pareció una manera sumamente ilustrativa de tomar conciencia de uno de los aspectos más poderosos, menos comprendidos y visibles del racismo latinoamericano. 


(Mas sobre a Noite da Beleza Negra en)

http://alejandrofrigerio.blogspot.com/2008/03/il-aiy-noite-da-beleza-negra-2008-i.html
http://alejandrofrigerio.blogspot.com/2008/03/il-aiy-noite-da-beleza-negra-2008-ii.html
http://alejandrofrigerio.blogspot.com/2008/03/il-aiy-noite-da-beleza-negra-2008-iii.html

"Pelo bueno" y "Pelo malo"

Meu cabelo afro é lindo/Mi cabello afro es lindo
Por Daniela Gomes
Daniela Gomes, foto de perfil de su blog


Cada vez que me miro en el espejo antes de salir y veo cómo peino mi pelo ahora, pienso que es muy bonito y que combina muy bien con mi estilo. Generalmente al mismo tiempo me viene a la memoria un pedazo de la música Put your records on de Corinne Bailey Rae que dice: Don't you let those other boys fool you. Gotta love that afro hairdo (no dejes que los otros chicos te engañen, tenés que amar ese peinado afro)”. Pero escoger llevar el pelo afro involucra mucho más que una simple decisión sobre alisar o no el pelo, involucra mucho más que una estética: es una aceptación de que ésta es una opción tan buena como cualquiera.
Hace algunos días vi uno de los programas de la modelo Tyra Banks, cuyo tema era “Qué es buen pelo”. Mujeres negras de diferentes edades –incluyendo niñas- narraban sus aventuras y desventuras con sus pelos y por qué usar el cabello (afro) natural no sería una cosa buena o aceptable. Escuchar las narrativas del programa me hizo pensar en mi propia relación con mi cabello y sobre el peso que colocaron sobre nosotras, mujeres negras, al crear el estigma del “pelo bueno”. Me hizo ver también que esta es una más de las particularidades compartidas por quienes son víctimas de racismo, sin importar en cual de los países de la diáspora hayan nacido.
Como cualquier otra niña negra en Brasil, fui criada bajo el estigma del “buen pelo”, o mejor, el estigma de no tener “buen pelo”. Esa fue una de las características que me hizo ver cómo mi cabello remite a mi negritud, ya que por mi piel clara supuestamente en Brasil no debería, de ninguna manera, sufrir racismo. Pero al contrario de lo que es pregonado por quienes defienden la no existencia del racismo en nuestro país, creo que ésta siempre fue una de las maneras más crueles de discriminación. De niña, mi deseo era tener pelo lacio. Sufría cuando otras niñas me cargaban y decían que mi cabello era virulana, o se rían cuando mi pelo estaba más armado. Peinar el cabello en aquella época era otro sufrimiento -aún con toda la paciencia de mi madre- ya que no había entonces en Brasil productos específicos para criaturas de cabello afro. Me acuerdo bien de enrollar toallas de baño en mi pelo y sacudir la cabeza para tirarlas hacia atrás como si fuera una cola de caballo, como hacían las niñas de cabellos lacios.
En aquel momento mi mayor sufrimiento fue no haber sido invitada como dama de honor de una persona conocida -en mi cabeza de niña de seis años, eso había sucedido por que era la única chica con “cabello malo”. 


Participante de la Noite da Beleza Negra

La primera vez que me alisé el pelo tenía siete años, todavía recuerdo con claridad del fuerte olor del producto -parecía una tumba abierta-. Me acuerdo aún mas de mi alegría al ver que mi pelo finalmente quedaba lacio.  Pero obviamente el proceso de alisamiento es temporario, entonces después de unos meses allí estaba de nuevo mi raíz crespa obstinada en aparecer.
Desde entonces la búsqueda por mantener el cabello cada vez mas liso sólo aumentó. Pasé por la toca de yeso (una alisamiento antiguo que puede ser considerado el abuelo de la "escova progressiva") que me dio un dolor de cabeza de mas de una semana. Después volví para los alisamientos comprados en farmacia, hasta que alrededor de los 16 años descubría el alisamiento con soda caústica. Este método fue escogido por su eficacia en dejar un cabello liso y “natural” pero sus contra-indicaciones eran graves quemaduras en diferentes puntos del cuero cabelludo. Entre un alisamiento y otro mi proceso de concientización sobre la negritud aumentaba, y un dia al leer la biografía de Malcom X me di cuenta que la agresión que el había sufrido al alisarse el pelo y tener que enjuagar su cabeza en el inodoro era la misma que yo pasaba al usar un producto que tenia como principal elemento la soda caústica y que me dejaba heridas por toda la cabeza.
Sin embargo, todavía no estaba lista como para dejar mi pelo al natural, todos los años de lavado de cerebro que decían que mi pelo era feo” o malo” habían funcionado muy bien, porque no conseguía dejarlo sin el empleo de algún producto químico. Una de las razones era creer que de otra manera no podría encontrar un buen empleo –lo que infelizmente continúa siendo una realidad en Brasil.
Participante de la Noite da Beleza Negra


Después de algunos años conocí las trenzas (un tipo diferente de trenzas de las que usaba cuando era niña), el Kannekalon fue mi primer contacto con un peinado completamente afro y también mi pasaporte para la “marginalidad” del cabello.
Cuando elegí usar trenzas, me hicieron todas las preguntas posibles, desde por qué no me sacaba esa “cosa horrible” hasta si no me lavaba el pelo mientras usaba “eso”. Algunas personas inclusive se creían con el derecho a agarrarme el pelo en el subte sólo para ver de qué estaba hecho.
Pero yo amaba mis trenzas, siempre me hizo muy feliz usarlas.
En el intervalo entre un trenzado y otro, continuaba alisando mi pelo, con procesos menos agresivos, puesto que no tenía “paciencia” para dejarlo crecer al natural. Hasta que finalmente tuve el coraje de cortarme el pelo, usar las trenzas hasta el momento en que mi cabello natural estuviera del largo suficiente y cambiar las trenzas por el afro, o “black” como decimos por acá.
Esta podría ser apenas una historia más; después de todo las mujeres se cambian de peinado con facilidad, o podría ser apenas otro modismo más, pero al ver las niñas de este programa diciendo por qué no querían usar su pelo al natural, sentí mucha pena por ellas, por mí y por todas las otras chicas negras que sufrieron con eso y que todavía lo hacen.
Este no es un proceso fácil, todavía escucho muchos chistes y risas en la calle por usar mi cabello afro -muchas personas todavía no comprenden y me dicen que es feo-. Es algo más arraigado socialmente de lo que se piensa, pues el estigma del “pelo malo” es tan sutil que muchas veces ni paramos para pensar sobre eso y lo que causa en nuestras mentes.
No piensen que tengo problemas con los cabellos alisados de cualquier tipo, ni que crea que las mujeres negras podemos ser menos concientes por usarlo así. Sin embargo pienso que sí es necesario parar para pensar por qué lo hacemos, si es porque nos gusta, una opción más, o si es algo más profundo que nos hace, como niñas, querer tener el pelo liso y rubio que nunca tendremos.
Dejo esa pregunta para ustedes, y puedo afirmar que me siento libre al mirarme en el espejo y decir: yo amo mi cabello afro!

Mi traducción del original en portugués que se encuentra en:
Fuente de las fotos:
1- Blog de Daniela
2- http://www.atarde.com.br/mundoafro/?tag=noite-da-beleza-negra
3- http://revistaopa.com/concurso_beleza_negra.html

"Pelo malo"

Aprovecho estas entradas para subir este video. Hace  unos meses que tengo ganas de hacerlo -desde que despertó una controversia en importantes sites afro-americanos-.
El relato de Denise con su experiencia personal es una buena introducción a la -larguísima- tortura que se verá. Por todo lo que ella cuenta, queda claro que la discusión no se agota con echarle la culpa a la insensibilidad de la madre; el video es una buena forma de ilustrar los efectos de valoraciones sociales más amplias.
No queda sino admirar el espíritu de lucha de la criatura...




Tomado de:
http://www.youtube.com/watch?v=f1rOD3t203k
(hay comentarios en inglés..)

jueves, 16 de junio de 2011

Racismo - Artículos en la Revista USP online...

Acabo de ver que un número de la Revista USP (de la Universidad de São Paulo) dedicado al tema del "Racismo" está enteramente disponible online. La revista es del 2006, y varios de los mejores antropólogos, sociólogos e historiadores que se dedican al tema escriben en ella. Algunos de los trabajos reflejan la controversia que se desató entre los estudiosos respecto de las políticas afirmativas. Bien interesante y una buena manera de estar actualizado ..



Racismo I  (2005/2006)
   Na boca do furacão - Lilia Moritz Schwarcz 
   A inexistência biológica versus a existência social de raças humanas: pode a ciência instruir o etos social? - Sérgio D. J. Pena e Telma S. Birchal
   No fio da navalha: raça, genética e identidades - Ricardo Ventura Santos, Maria Cátira Bortolini e Marcos Chor Maio
   A celebração oficial da nova diversidade no Brasil - Monica Grin
 Algumas considerações sobre "raça", ação afirmativa e identidade negra no Brasil: fundamentos antropológicos - Kabengele Munanga
  Vestibular com cotas: análise em uma instituição pública federal - Jocélio Teles dos Santos e Delcele Mascarenhas Queiroz
   Cotas: por que reagimos? - Rita Laura Segato
   O confinamento racial do mundo acadêmico brasileiro - José Jorge de Carvalho
"Remanescentes das comunidades dos quilombos": memórias do cativeiro e políticas de reparação no Brasil - Hebe Mattos
  Uma nova pedagogia racial? - Yvonne Maggie
  Raimundo Nina Rodrigues e a "garantia da ordem social" - Mariza Corrêa
  Cassiano Ricardo e o "mito da democracia racial": uma versão modernista em movimento
Maria José Campos
  Resistência e revolta nos anos 1960 – Abdias do Nascimento - Antonio Sérgio A. Guimarães
  A questão racial brasileira vista por três professores - Florestan Fernandes, João Baptista Borges Pereira e Oracy Nogueira
   Ciência social e política "racial" no Brasil - Peter Fry
 Cor, etnicidade e formação de classe no porto do Rio de Janeiro: a Sociedade de Resistência dos Trabalhadores em Trapiche e Café e o conflito de 1908 - Maria Cecília Velasco e Cruz
   Lendo canções e arriscando um refrão - Heloisa Starling e Lilia Moritz Schwarcz
  Desigualdades duráveis, relações raciais e modernidades no Recôncavo: o caso de São Francisco do Conde - Livio Sansone
   "Raça", nação e status: histórias de guerra e "relações raciais" em Moçambique  - Omar Ribeiro Thomaz

Otros números interesantes online:
28. Povo negro
18. Brasil/Africa

miércoles, 15 de junio de 2011

Locos por San Félix (2)

Una nota en el periódico Nuevo Diario de Santiago del Estero da cuenta de la finalización del rodaje del documental "El último quilombo" (cuántos hay?) sobre la población de San Félix -tema ya tratado en el blog...


Nuevo Diario de Santiago del Estero - Martes 14 de Junio de 2011
INTERIOR | “EL ULTIMO QUILOMBO” DOCUMENTA LA VIDA DE LA COMUNIDAD DE SAN FÉLIX, EN JIMÉNEZ
Grabaron filme de afrodescendientes
Autor: Nuevo Diario
Un grupo de jóvenes cineastas busca mostrar a través de las imágenes la historia de la fundación del pueblo y el modo de vida que tienen hoy.

 La filmación duró 10 días y creen que estará lista para 2012 (pie de foto del diario)

Interior. En el departamento Jiménez vive “la única comunidad ciento por ciento afrodescendiente que existe en todo el país”, determinado tras el censo poblacional 2010. Con esta información, un grupo de cineastas independientes se aventuró en realizar un documental. “El Ultimo Quilombo” es el nombre del proyecto. 
Al respecto, Nuevo Diario dialogó con parte del equipo técnico, que se refirió al desarrollo, la experiencia y las expectativas.
ND- ¿De dónde nace la idea del proyecto?
- Alberto (director). Yo había hecho un documental anterior, con descendientes afros en Buenos Aires, ahí me enteré que en Santiago existía esta comunidad, que tiene la característica de ser la única comunidad afro fundada por esclavos liberados y donde viven actualmente todos descendientes de esa familia. A partir de esa información me puse en contacto con Celeste, ella había trabajado antes conmigo, y le propuse producir esta película en Santiago. Presentamos el proyecto en el Instituto Nacional de Cine, lo aprobaron, y generó mucho interés en la Gobernación de Santiago.
- Celeste (productora). Sí, especialmente en el vicegobernador Angel Niccolai, quien nos brindó el mayor apoyo.
- Alberto. Con el proyecto aprobado y el apoyo de la Provincia, comenzamos las investigaciones correspondientes y nos pusimos a filmar.
ND- ¿Cuándo empezaron a filmar?
- Celeste. Empezamos el lunes 30 de mayo y terminamos el viernes 10 de junio, fueron unos 10 días de rodaje. Ahora resta un proceso largo de casi 6 meses, creemos que va a estar listo para 2012.
ND- ¿Cuáles son las expectativas que tienen?
- Director. Tenemos varias, primero las que tienen que ver con el cine, que la película guste, que la gente la vea, que sea un mensaje comunicativo, y están las expectativas más personales, ya que la película muestra una situación donde la gente está viviendo con dignidad, pero con muchas necesidades, como algo tan simple, que es tener un camino. La principal aspiración es que la gente termine de darse cuenta de que con pocas cosas uno puede hacer felices a muchos. 
- Celeste. También queremos que se conozca a la comunidad de San Félix, no sólo en el país sino también en Santiago, porque muchos no saben de ellos. Está bueno mostrar esta historia. Además, más allá del circuito de presentaciones, yo me voy a encargar de traerlo a Santiago y obviamente lo queremos llevar a San Félix

La cinta invita a conocer el destino de la población negra en el país

El filme busca dar luz a la historia y memoria negra en Argentina.

Según el diccionario, “quilombo” es un término usado en Latinoamérica para denominar a los lugares o concentraciones políticamente organizados de negros esclavos que se han liberado. En algunos países de Sudamérica, especialmente en la Argentina y Uruguay, la palabra quilombo se utiliza como sinónimo de lío, desorden. “El Ultimo Quilombo” juega con las dos formas que toma esa palabra, para reivindicar su verdadera esencia. Esta película es un segundo paso en el trabajo iniciado en “Negro Che”, largometraje en el que se comienza a hablar de los afrodescendientes. 
En “El Ultimo Quilombo” se hace un recorrido para descubrir el pueblo en el que todos sus habitantes son descendientes de esclavos liberados y organizados en comunidad. Junto con los más ancianos pobladores, como así también los niños, invita a conocer las historias personales de cada uno y la historia del desconocimiento del destino de la población negra de nuestro país. Hoy, los afrodescendientes siguen su lucha por sobrevivir al aislamiento, a la discriminación y al olvido. El filme propone dar luz a la historia y recorre el camino de recuperación de la memoria negra.

“La comunidad nos brindó todo y más”


Los pobladores y el equipo

El equipo técnico está compuesto por: Alberto Masliah (director), Juan Iribas (asistente de dirección), Mariana Russo (directora de fotografía), Mariano Fernández (sonidista) y Celeste González Castro (productora).
En cuanto a la experiencia misma de haber filmado en la comunidad de San Félix, los cineastas expresaron su agradecimiento y felicidad.
“La verdad es que nos trataron muy bien, teníamos un poco de recelo por la manera en la que viven ellos, es un lugar al que prácticamente no hay acceso, cuando llueve los caminos se tornan intransitables, tienen muy poca comunicación. Pero en general todos nos han recibido muy bien. Yo como santiagueña les he dicho que me hicieron quedar muy bien porque siempre nos esperaban y nos invitaban a comer, hacían platos especiales para nosotros, nos demostraron que son personas muy hospitalarias, muy sencillas; compartían lo poco o lo mucho que tenían. Además, nos acompañaban a recorrer zonas que desconocíamos, la verdad es que nos trataron excelente”, dijo orgullosa Celeste, quien es bandeña pero vive y trabaja en Buenos Aires.
Por su parte Mariana Russo dijo: “Para nosotros fue una gran experiencia, un excelente rodaje, lo mejor que nos llevamos es la apertura de la gente, su cariño, nos llegaron al corazón. Además, nos llevamos su forma de vivir, con las pocas cosas que tienen nos brindaron todo, desde un almuerzo hasta un hospedaje”. 
Para finalizar, Alberto agradeció en nombre del grupo: “Queremos agradecer a todos, no queremos nombrarlos para no olvidarnos de nadie, porque la comunidad de San Félix nos brindó todo y más”.

Fotos, textos y epígrafes de la nota del Nuevo Diario, disponibles en:

martes, 14 de junio de 2011

"Antropólogos!! Antropólogos!!"


No pude resistirme...

Afanado del FB del antropólogo y amigo César Ceriani ...

domingo, 12 de junio de 2011

Tambor para Yemayá


La presencia de la Regla de Ocha (Santería) cubana se hace más numerosa e intensa en nuestra ciudad. En el norte y en el sur del Gran Buenos Aires, las rezas a los orixás ya no se elevan solamente en el yorubá portoalegrense del batuque, sino cada vez más a la manera de La Habana o de Matanzas. 
La polirritmia intensa de los batá y el entusiasmo de los cantantes parecen desmentir el barrio  bonaerense que se despereza apenas fuera de la puerta -una máquina del tiempo hacia afuera del aquí y ahora. 
Los santeros -aún los bonaerenses- son gente discreta y descreen de las virtudes de registro de la cámara fotográfica.
Por eso, apenas un par de fotos -convenientemente desenfocadas- del oró seco, el toque de tambor inicial con que se homenajean a los orichas frente a sus tronos.



Agradezco al dueño de casa y a la visita ilustre..

sábado, 11 de junio de 2011

Batá con Jazz....

Página 12 de hoy trae una entrevista al renombrado músico afrocubano Chucho Valdés. Reproduzco la parte en que habla de la importancia de la polirritmia propia de los tambores batá en su nueva obra..

Iyá - acrílico sobre tela por Alexis Esquivel

“En el piano está todo lo que siento”
Por Santiago Giordano

El pianista cubano tocará junto a sus Afro Cuban Messengers el 16 en el Gran Rex, el 17 en Córdoba y el 19 en Rosario. Su álbum descarga energía virtuosa, ritmo, sabor y saber y ganó el Grammy como “Mejor disco de jazz latino”.(...)
“Este es un trabajo muy experimental, se mueve entre las raíces afrocubanas y los elementos de jazz moderno”. Chucho Valdés se entusiasma hablando de Chucho’s Steps, su último disco, un álbum que descarga energía virtuosa, ritmo, sabor y saber. Es un trabajo elogiado por la crítica de distintas latitudes y reconocido con numerosos premios, entre ellos el más sonoro de la industria discográfica: el Grammy, en el rubro “Mejor disco de jazz latino”. 
Es un trabajo elogiado por la crítica de distintas latitudes y reconocido con numerosos premios, entre ellos el más sonoro de la industria discográfica: el Grammy, en el rubro “Mejor disco de jazz latino”. Valdés estará el jueves 16 de junio en el Teatro Gran Rex para presentar Chucho’s Steps, junto a The Afro Cuban Messengers,
“En este caso la experimentación tiene que ver con los patrones rítmicos, con el cambio de compás y de clave –continúa el pianista–. Tradicionalmente la música afrocubana es en compases regulares, pero en este trabajo insertamos compases irregulares, en cinco y en siete tiempos, para dar mayor interés rítmico y transformar el sentido de lo afrocubano. En este sonido son muy importantes los tambores batá, nuestra herencia africana.” (...)
Desde New Conceptions, el disco del año 2002 en el que el pianista dialoga con contrabajo, batería y congas, Valdés no grababa con su grupo. “Durante estos años no quise grabar con el grupo hasta que no aparecieran claramente los resultados de esta experimentación rítmica, que es lo que logramos con Chucho’s Steps –dice–. Esta idea rítmica está muy bien concebida en temas como ‘Yansá’ y ‘Zawinul’s Mambo’, por ejemplo.” (...)
 –¿Cuál sería el núcleo de esta identidad musical en transformación que propone en Chucho’s Steps?
–Los tambores batá, sin duda. Creo que este disco significa un quiebre en la tradición del jazz afrocubano, a partir del juego de tambores batá que de Nigeria llegó a Cuba. Ese juego está compuesto por tres medidas y sonidos diferentes, y hacen falta tres músicos para lograr esa polirritmia increíble. En mi grupo los batá están en manos de una sola persona, que toca los tres al mismo tiempo. Ese es Dreiser Durruthy Bambolé, que además canta. Yo también estudié los tambores batá, para poder trasladar esa polirritmia al piano, de manera que esté la identidad afrocubana en mi música.
–Antes de formar Irakere, usted grabó el disco Jazz Batá, en el que usaba esos tambores...
–Claro, ése era un trío con piano, contrabajo y en lugar de batería estaban los tambores batá. Ese concepto se desarrolló después en Irakere, que además de los batá tenía batería y un set de percusión. Eso permitió un trabajo mucho más profundo en la fusión. (...)
–Lo impresionó algún pianista argentino?
–Salgán, Horacio Salgán...

viernes, 10 de junio de 2011

jueves, 9 de junio de 2011

"Los Negros y su música en Buenos Aires" (1989)

En 1989 el programa "El Sonajero", dirigido por Roxana Kreimer, dedicó una de sus emisiones al tema de ""los negros y su música en Buenos Aires". Resulta interesante ver en qué términos se hablaba del tema en esa época. Toda una reivindicación, para el momento...









Del programa de televisión "El sonajero", emitido por Canal 11 de Buenos Aires en 1989.
Idea, guión y conducción: Roxana Kreimer
Dirección: Mario Belloccio


Agradezco a Fernando Ezequiel por avisarme de los videos...

miércoles, 8 de junio de 2011

Tiempos que corren...


Hace unos días, Eugenio Fernández de la revista Quilombo tuvo la amabilidad de enviarme estas fotos de un envoltorio de Chocolate Aguila.
Resulta que para conmemorar la fiesta de mayo la compañía sacó una  edición especial de sus chocolates bajo el lema "Mujeres de Mayo. Heroínas en las sombras". En ellos se rinde homenaje a cuatro mujeres patriotas: Juana Azurduy, Mariquita Sánchez de Thompson, María Catalina Echeverría de Vidal y María Remedios del Valle



No deja de asombrar que una de las cuatro escogidas sea afro-argentina. Pacho O'Donnel cuenta su historia en el reverso del envoltorio 
"En los atrios de las iglesias porteñas una anciana cuyo color de piel denunciaba su ascendencia de esclavos, pedía limosna. Se hacía llamar "La Capitana" y decía que sus heridas de balas, de lanzas y hasta de azotes las había recibido “cuando de verdad se peleaba por la Patria”. Y no mentía ni deliraba porque en 1807 actuó en la defensa de Buenos Aires en el cuerpo de Andaluces. Luego se incorporó al ejercito de Belgrano, participo del éxodo jujeño y cuando se libró la batalla de Tucumán ella estuvo en primera fila atendiendo a los heridos y luchando cuerpo a cuerpo. Quizás su condición de mujer y el color de su piel impidieron que en su tiempo y hasta hoy se reconocieran sus méritos."
Quizás??
propaganda 1917


Esta imagen positiva de la mujer negra argentina es un bienvenido contraste con la transmitida, muchos años atrás, por la misma empresa. 
¿Algo está cambiando? (no creo, pero es un pequeño avance ...)


Agradezco, claro, a Eugenio Fernández
Más sobre María Remedios del Valle en este blog:

Y en los ochentas...

Este otro aviso de chocolate Aguila:


Lo realmente notable es el final...

Comentarios varios y de todo tipo en:

lunes, 6 de junio de 2011

Comedia Negra de Buenos Aires convoca:


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