sábado, 2 de enero de 2010

¿Por qué racializar? (2)


En un comentario a la entrada sobre la posible afrodescendencia de Mónica Carranza, el lúcido periodista y amigo Alejandro Agostinelli me señala: "A lo mejor tenés razón. Pero a lo mejor no. ¿Por qué "racializar"?". El texto que seguía al de Mónica ("Por qué racializar?") intentaba anticiparse a este tipo de cuestionamientos -absolutamente válidos, y que, debo reconocer, me hago todo el tiempo...
Aquí intento una segunda versión, espero que más específica -y convincente- para el contexto argentino.
(Premisa fundamental de la que parto: Dado que las razas sólo existen como una construcción social, quién es blanco o negro (o mulato, u otras categorías raciales) depende de cómo en cada sociedad se construyan estas categorías raciales (entre otras). A veces las personas reivindican estas identidades, a veces les son atribuídas por sus congéneres. La atribución y la reivindicación pueden coincidir, o no. En EEUU, por ejemplo, más frecuentemente lo harán, en Latinoamérica las identificaciones raciales (atribuídas y reivindicadas) pueden variar según el contexto –pero no dejan de ser importantes.)

Según mi apreciación de su fenotipo (características físicas) Mónica Carranza muy probablemente haya tenido ascendencia afro. Ella misma, según refirió su hijo en un reportaje, se identificó como una “negrita de la calle”. En esta expresión puede haber un reconocimiento o identificación racial (no todos los que están “en la calle” se definen como negritos) o quizás solamente o principalmente socio-cultural (era pobre y tenía poca educación formal y en Argentina a individuos con esas características frecuentemente se los llama “negros”).
En Argentina solemos jurar que en nuestra evaluación de personas como “negras” no entran dimensiones de raza. Para el sentido común nacional, una cosa son los “negros” (sociales/culturales) y otras los negros (raciales, negros negros, negros mota, para usar categorías nativas).

Lo que vengo diciendo desde hace un tiempo es que: a) para construir esa categoría (muy) despectiva de “negro” también se usan criterios raciales (por más que no se reconozcan) ya que muchos de esos “negros” tienen piel más oscura que quienes así los llaman y b) quienes dentro de estos “negros” sean más oscuros, más probabilidades tendrán de ser excluídos socialmente. O sea, cuanto más pobre y más fenotípicamente negro, peor.

Si no fuera porque muy frecuentemente se ocultan abuelos/as negros en las historias familiares, y que ser negro es considerado algo negativo, quizás Mónica Carranza podría haberse definido como afro-argentina –un término que a estas alturas ya parece un oxímoron. Al sugerir que M.C. era o podría ser afrodescendiente, estoy apostando a que éste es el caso –aunque quizás ella no lo supiera, no lo quisiera afirmar o no le pareciera importante.

A mi sí me parece importante mostrar que todavía hay afroargentinos (o afrodescendientes) –aunque no todos por ahora se identifiquen como tales- para ir en contra de la narrativa dominante nacional que los eliminó hace rato.
Sobre todo, me interesa mostrar o sugerir que también están activos y comprometidos con la sociedad y la cultura actual. Por eso hice entradas sobre Fidel Nada, el cantante de reggae Bahiano (exPericos), el guitarrista de rock Carlos García López, Luis D’Elía, una madre contra el paco, ahora Mónica Carranza, etc. Hay muchos y los ejemplos podrían seguir.

Resumiendo, por qué “racializar” a las personas? En primer lugar porque creo que su condición ya está racializada. Aunque no haya términos explicitos (si bien para mí “negro” sí lo es) o usados con absoluta coherencia –las clasificaciones raciales casi nunca lo son- su piel oscura y otros rasgos físicos ya los están afectando negativamente en su vida cotidiana.
En segundo lugar para mostrar que los negros argentinos no desaparecieron (aunque sí es cierto que varios no se identifican como tales públicamente, por razones que deben ser mejor estudiadas). En tercero, para señalar que no sólo están a nuestro alrededor sino que también están haciendo aportes a la sociedad y cultura argentina del presente (no sólo del pasado, aunque esto también hay que reivindicarlo con más ahínco), en una variedad de actividades y géneros culturales.
¿Sonó mas convincente ahora? :-)
PD: El excelente blog de Alejandro Agostinelli es http://criticadigital.com/magiacritica/