domingo, 16 de agosto de 2009

Wolof en la Corte (2)

Continuando con la metáfora de San Jorge contra el Dragón del Racismo, podemos decir que el segundo día en la corte fue, sin duda, el día del Dragón. Allí mostró que no tiene sólo una cabeza, sino tres –lo que me lleva a sospechar que, más que dragón sea una Hidra y que aunque le cortemos alguna cabeza, otra/s la reemplazarán-. Las tres cabezas estaban enojadas, y molestas por los testimonios presentados el día anterior sobre hostigamiento policial a vendedores senegaleses. Más irritadas estaban por la serie de pedidos realizada por sus defensores (ver abajo), que consideraban a todas luces improcedentes.
La primer cabeza, La Institución (Policial) estaba muy enojada porque estos pedidos atentaban contra el orden -legal, social, nacional- vigente. ¿Acaso querían otorgarle a una minoría derechos que excedían a los de la mayoría? Pareció que la palabra “subversivos” pasó por su cabeza de Dragón/Hidra pero que recordó que estaba reservada para otros, mejores, tiempos y que algunos sinónimos serían suficientes.
Las otras dos cabezas –quizás más amenazantes porque en realidad salían de un solo cuello- La Burocracia (de la Injusticia) y La Clase (Dominante) vociferaron por un rato más largo. La Burocracia repetía artículos del código contravencional que mostraban la supuesta y necesaria transparencia de las acciones de la policía frente a la venta ambulante. Todo está previsto de manera adecuada en el Código –por lo tanto vivimos en el mejor de los mundos y resulta ridículo quejarse e invocar que puede haber arbitrariedad y discriminación. Sólo la inexperiencia y la mala interpretación podrían insinuar que era necesarias otras medidas y protecciones para grupos específicos. Los testimonios escuchados, todos insuficientes. Nadie había estado allí todo el tiempo para saber exactamente qué y cómo había sucedido –y quien había estado, no hablaba español lo suficientemente claro. Era, además, su palabra contra la de todos los agentes del orden. La tercer cabeza, La Clase más que hablar parecía susurrarle en el oído a su melliza que sí, que tenía razón, que si a ella la paraban en el coche importado rumbo al country seguro que la tratarían de acuerdo con el Código. Parecía también pensar qué simpáticos estos negritos que hablaban en quien sabe qué idioma, qué anécdota para contarles a los compañeros de golf el fin de semana, o quizás antes si se podía rajar un rato….- Como La Clase es paternalista y magnánima, también recordó la presencia africana en el pasado argentino, su contribución en las guerras de la independencia y todas las medidas que tomamos en el pasado para liberarlos. ¿Cómo podríamos ahora desearles mal? -parecía sugerir.
Resumiendo y simplificando el mensaje transmitido por sus cabezas, para el Dragón/Hidra del Racismo quienes osan oponérsele no saben, no entienden, no existen.
Dejando los cuentitos (de terror) de lado, en esos dos días que pasé en la corte escuché testimonios desgarradores, objeciones irritantes pero también propuestas y evaluaciones sumamente interesantes.
Se presentó al tribunal una investigación realizada recientemente por IARPIDI (Instituto Argentino para la Igualdad, Diversidad e Integración) presidido por Nengumbi Celestin Sukama que compila los datos brindados por 45 inmigrantes africanos respecto de su situación en la Argentina. De estas 45 personas entrevistadas, 40 son senegaleses (35 varones y 5 mujeres) y 5 son varones de otros países africanos.
Los datos señalan que:
- 43 trabajan en venta ambulante y sólo 2 no trabajan en la calle (tod@s habían intentado obtener empleos formales).
- sólo 3 consideraron que hablan, leen y escriben español “bien”.
- la totalidad de las personas entrevistadas no tiene acceso a ningún programa social ni ninguna otra asistencia social.
- todos viven en habitaciones compartidas de hoteles.
- el 100% de las personas entrevistadas fue parada / detenida por la policía en los últimos 18 meses.
- un 93% (42) fue parado/detenido durante 2009 (en los últimos 6 meses).
- un 83% (36) manifiesta ser parada semanalmente o con mayor frecuencia,
- dentro del grupo de las personas que trabajan en la calle en venta ambulante, un 39% (17) manifestó haber sido parado también en ocasiones diversas (no trabajando en la calle).
- el 22% (10) fue arrestado; el 51% (23) manifestó haber sido parado pero no se le labró ningún acta; un 11% (5) manifiesta haber sido procesada por art. 83 más de una vez los últimos 18 meses, mientras un 44% (20) manifiesta haber sido procesado por infracción al art. 83 del Código Contravencional en los últimos 18 meses.
- según los testimonios brindados, durante las detenciones se cometen infinidad de abusos: insultos racistas, robos, arrestos clandestinos, lesiones, abusos de armas, amenazas, desalojos de la vía pública.
Aunque la muestra no es estadísticamente representativa –lo que no llega a ser importante en estos casos, ya que con un universo desconocido siempre lo será- la consistencia y contundencia que muestran los datos es suficiente para revelar el muy coherente patrón de hostigamiento policial que sufren los migrantes africanos.
Quienes estudiamos la situación social de afrodescendientes en Argentina sabemos que los encuentros con la policía (y otras autoridades, como las de migraciones, por ejemplo) son siempre un contexto duro de racismo. Los africanos que subsisten de la venta ambulante están todavía más expuestos a este racismo, y su vulnerabilidad está acentuada por el hecho de que no dominan el idioma, no conocen la idiosincrasia local y lo que venden puede ser un botín más preciado que el de otros vendedores ambulantes.


La sentencia final (o al menos de esta etapa del caso) se conocerá el jueves próximo. Ya informaremos al respecto.
Por ahora, es necesario resaltar el énfasis puesto en el petitorio final presentado por l@s abogad@s del Colectivo para la Diversidad (COPADI) sobre la existencia y aplicación de perfiles racistas (racial profiling) en la policía y en el ministerio público porteños, que afectaría desproporcionadamente a personas africanas, afro-originarias migrantes de países latinoamericanos, y otras argentinas pobres.
Para citar su presentación final:
“La policía y el Ministerio Público pretenden que están utilizando criterios neutrales” (pero en realidad por medio estos perfiles racistas) “ las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley usan motivos tales como la raza, color, idioma, religión, nacionalidad, origen nacional o étnico en actividades de control, vigilancia o investigación, ya sea en detenciones y requisas, chequeos de identidad, inspecciones personales, chequeos de identidad masivos, vigilancia, entre otras.” (…)
“Prohibir las actividades callejeras de subsistencia es siempre racista: su resultado es la criminalización de las personas negras, pobres, vulnerables, que se encuentran confinadas a estas actividades como único medio para asegurar apenas su sobrevivencia diaria.”
Que este tipo de apreciaciones estén siendo enunciadas en lenguaje jurídico y presentadas en procesos formales representa, creo, un avance notable –independientemente del resultado de este proceso específico.
Como dice el proverbio chino (que escuché por primera vez de un profesor nigeriano): “una travesía de mil millas comienza con el primer paso…”

Datos sobre senegaleses: "Informe sobre aplicación de perfiles racistas en la administración de justicia penal de la Ciudad de Buenos Aires" - Instituto Argentino para la Igualdad, Diversidad e Integración - Nengumbi Celestin Sukama – 2009