domingo, 19 de julio de 2009

El siglo del Jazz (2)

Como dije, es poco lo que sé sobre el jazz, pero vale la pena volver sobre la exposición en el Musée du Quai Branly. Abajo, algunos de los principales hitos en el desarrollo del género -resumidos del texto introductorio a la muestra en su site de internet- y algunas de las obras que formaron parte de la exhibición, ahora trasladada a Barcelona. A dos de los artistas plásticos que más me gustaron les dedicaré sendas entradas...
Ilustracion para Magie Noire, libro de Paul Morand. Maurice Delavier, 1930.
Comienzos (antes de 1917)
Aunque es muy difícil fijar una fecha precisa del "nacimiento" del jazz , desde hace varios el año 1917 es considerado como una bisagra decisiva. Por un lado, es el año en que se clausuró Storyville, el barrio donde se alojaban los burdeles en Nueva Orleáns y cuyos famosos bares constituyeron una de las cunas del género. Esto causó la migración de músicos hacia el norte de los Estados Unidos, (espcialmente Chicago y Nueva York). Por otro, es el año de la grabación del primer disco en donde aparece la palabra "jazz" en la carátula (o, más exactamente: "jass"). Fue un 78 rpm de la Original Dixieland ‘Jass’ Band e incluía dos títulos: Livery Stable Blues y Dixie Jass Band One Step. Antes existían también muchas manifestaciones que se consideran de alguna manera precursoras del jazz (minstrels, gospel, cake-walk, ragtime) y que ya estaban inspirando a numerosos artistas, ya fueran afro-(norte)americanos, blancos (norte)americanos (como Stuart Davis) o europeos -como Pablo Picasso.
"Harlem Dandy", Miguel Covarrubias, s.d.
La "Jazz Age" (1917-1930)
Después de la Primera Guerra Mundial el jazz se volvió extremadamente popular. Tanto que la expresión Jazz Age, tomada de uno de los libros de F. Scott Fitzgerald, es utilizada con frecuencia para calificar esta época –también conocida comom los roaring twenties o los años locos”. Uno de los hechos más notables de este período es la aparición en Harlem ( pero también en otras grandes ciudades americanas) de una cultura urbana afroamericana, con la música como uno de los aspectos primordiales. La movida cultural de Harlem, conocida como Harlem Renaissance, trajo importantes consecuencias artísticas, políticas y literarias, ya que fue uno de los primeros intentos por reconceptualizar al “Negro” de manera distinta a la propuesta por los estereotipos blancos de la época. Numerosos artistas produjeron en el transcurso de los años 20 una gran cantidad de obras tanto literarias como visuales que, a menudo, encuentran en la música mucho más que un tema de inspiración. Entre ellos es necesario nombrar a Carl Van Vechten o Winold Reiss, y a los afroamericanos Aaron Douglas y Archibald Motley, entre otros.

"Josephine Baker en el Folies Bergères" (Michel Gyarmathy, 1927) © New York, Collection Rennert
Los europeos no se quedan atrás y también participan de este nuevo furor. A París, especialmente, llegaron varios espectáculos traídos desde Harlem, y en especial, la famosísima Revista Negra que hizo de Joséphine Baker una de las principales atracciones en la ciudad. Músicos y artistas afroamericanos realizan extensas giras o se quedan a vivir por un tiempo en esta capital. Paul Colin será de nuevo el encargado de ilustrar este "Tumulto Negro" por medio de su famoso portfolio.
Jazz, Henri Matisse, 1943
Los años del Swing (1930-1939)
Tras la "Jazz Age" apareció la moda del Swing y las grandes orquestas, como la de Duke Ellington, Count Basie, Benny Goodman o Glenn Miller, que hicieron bailar a las multitudes durante la década de los años treinta. Con la llegada del cine sonoro, prestigiosos artistas se inspiran de la pulsación sincopada del jazz.

"Watery Paths"Jackson Pollock, 1947.

La Guerra (1939-1945)
La segunda Guerra Mundial marcó dramáticamente toda la cultura en el mundo y el jazz y sus repercusiones en otros ámbitos artísticos tampoco se salvaron de su influencia. Durante estos años Piet Mondrian, emigrante francés en Nueva York, descubre el Boogie Woogie que inspira de manera esencial sus últimas obras maestras. Matisse, por su parte, elabora su famosísimo Jazz en 1943. Por el lado de la danza americana, el Jitterbug es la referencia, acogido por una espléndida serie de pinturas de William H. Johnson.
"Retrato de un músico" (Thomas Hart Benton, 1949) © T.H and R.P. Benton Testamentary Trusts
Bebop (1945-1960)
El final de la guerra coincide con la llegada del Bebop, revolución musical lanzada por Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Thelonious Monk, Milles Davis y algunos otros. El jazz se moderniza. En cuanto a la pintura, el expresionismo abstracto, está a punto de surgir. Algunas de las figuras y futuras estrellas encuentran su inspiración no sólo en los artistas europeos exiliados en los Estados Unidos durante la guerra, sino también en el jazz que escuchan sin parar, es el caso de Jackson Pollock. Asimismo, esta etapa de posguerra conoce el surgimiento, con el microsurco, de una nueva forma artística: la de la carátula de disco, a la que se dedican artistas anónimos o famosos, como Andy Warhol. El cine de los años cincuenta, en general, se dejó contaminar por este jazz moderno, capaz de adaptar con facilidad sus ritmos y colores expresivos a las imágenes en blanco y negro de entonces: entre otras decenas de largometrajes
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"Boogie Woogie", Renato Gutusso. 1954. MART, Trento, Italia.

West Coast Jazz (1949-1960)
Mientras que el Bebop fue principalmente negro y neoyorquino, en la Costa Oeste se desarrollo una jazz más fresco y refinado, protegido por los estudios de cine de Hollywood. Aunque realizar una dicotomía tajante entre ambas formas sería una simplificación, la comparación de las tapas de los discos editados por compañías basadas en cada una de las costas ilustra esta oposición: playas soleadas y rubios alborotados al oeste de las fotografías de William Claxton, escritura geométrica y retratos de músicos negros al este. Muchos jazzmen famosos de la costa occidental, por lo general blancos, se ganan por ese entonces cómodamente la vida componiendo la música del cine hollywoodiano, Esto, sin embargo, no les impide participar cada domingo en las jam sessions de importantes clubs de jazz del área.

David Stone Martin, 1959.
La revolución Free (1960-1980)
En 1960, aparece el álbum Free Jazz de Ornette Coleman. Con su título de doble sentido ("liberen el jazz / jazz libre"), el disco -que incluía en su carátula una reproducción del cuadro White Light de Jackson Pollock- es el comienzo de la vanguardia libertaria… Esta "revolución Free" es contemporánea de los movimientos de liberación afro-(norte)americanos - Black Power, Black Panthers, Black Muslims- y también encuentra correlatos en las artes plásticas con artistas como Bob Thompson.

Jean-Michel Basquiat - King Zulu, 1986
Contemporáneos (1980-2002)
Las artes plásticas comenzaron a recurrir sistemáticamente al adjetivo "contemporáneo" al final de los años 60, probablemente porque el término "moderno" ya no concordaba muy bien con las nuevas formas por aquella época en gestación. La expresión "jazz contemporáneo", sin embargo, nos dice poco. En los "Mundos del jazz" (título de un libro de André Hodeir) actual, las distintas épocas cohabitan y llegan a combinarse y mezclarse.

Fuente: http://www.quaibranly.fr/es/programmation/exposiciones/esposiciones-pasadas/el-siglo-del-jazz/index.html

Y http://www.cccb.org/es/album-imagenes_el_siglo_del_jazz-32764

El Jazz y los Afroargentinos

(Oscar Alemán)

Comentario de Pablo Cirio:
Hola Ale, qué interesante esta cronología. Yo también, de jazz digamos que ignoro casi todo. Por depronto, lo que sí me interesa es la relación entre la recepción del jazz en la Argentina, en general, y entre los afroargentinos, en particular. Más allá de la figura paradgmática que significó en nuestro medio el afrochaqueño Juan Moreira (más conocido como Oscar Alemán), aún distamos de conocer los ribetes que adquirió este género entre los afroporteños que gustaron de él para interpretarlo profesionalmente: Rita Montero, Fred Nogueira y Los Diamantes Negros, Orquídea Negra... aún esperan su tratamiento. Por ahora, son apenas nombres, pero quién dice si no hubo una apropiación estilística del jazz por ellos, así como en su momento lo tuvo la rumba cubana transformada en Rumba abierta. Sólo reflexiones en voz alta en esta tarde gris.
Atte. Pablo Cirio.


Comentario de Alejandro Frigerio:
Absolutamente. Todavía nos debemos un buen estudio de la influencia de los afroargentinos en todos los géneros musicales que se tocaban en Buenos Aires (al menos) y las formas de bailarlos durante las décadas de 1950-1960-comienzos de los 70s. Cualquiera que haya hablado o entrevistado afroargentinos de mas de 60 años -digamos- sabe que varios de ellos fueron relevantes en la vida cultural-musical de esa época. Lo sugiere Alicia Martín para las murgas, Robert Farris Thompson para el tango, e indudablemente también estuvieron en el desarrollo del jazz y la música afro-cubana -con sus consiguientes adaptaciones locales. Y podemos encontrar ejemplos más cercanos, también...

Comentario de Berenice Corti:
Particularmente creo que el jazz en Argentina es un ejemplo muy interesante de las diferentes valoraciones que tuvo/tiene la cultura afroamericana en nuestro país, especialmente en Buenos Aires. A diferencia de lo que sucede hoy día, el jazz siempre fue la música negra por excelencia para la industria cultural y la cultura masiva. Pero también existió una apropiación de otro tipo, muy arraigada a las prácticas culturales de los argentinos, en donde el jazz sirvió de vehículo para la expresión de prácticas improvisatorias o de un tratamiento especial del ritmo, por ejemplo. Así el jazz (a través de los músicos) se ha entrelazado más de lo que se supone con el tango, el folklore y el rock, por más que discursivamente se tenga al jazz por foráneo o elitista.
En el estudio de ésto andamos.
Saludos! Berenice Corti.