viernes, 31 de julio de 2009

El sabor del encuentro

(El vicepresidente Biden, Gates, Crowley, Obama) (foto AP/Alex Brandon)

El mundo: Obama se reunio con el profesor Gates y el sargento Crowley
La cumbre de la cerveza
El presidente norteamericano desplegó su don de anfitrión ante el profesor negro que fue víctima de un episodio racial y el policía que lo detuvo brevemente por creerlo un ladrón. Entre copas, se intentó aplacar la polémica.
Por David Usborne *


Barack Obama puede haber dañado significativamente su imagen con los votantes –especialmente votantes blancos– cuando intervino en una controversia sobre el breve arresto de un profesor de Historia negro de Harvard hace unos días al llamar “estúpida” la acción policial en el caso, según las nuevas cifras de las encuestas dadas a conocer ayer. Un sondeo hecho por el Centro Pew Research encontró que el 41 por ciento de todos los votantes desaprobaban el manejo del asunto por Obama, comparado con sólo el 29 por ciento que lo aprobaba.
Los datos fueron dados a conocer el mismo día en que el presidente recibió en un clima amistoso a ambos actores del drama –el profesor Henry Louis Gates y el sargento James Crowley– en el jardín de la Casa Blanca para abrir unas cervezas frías y, con buena suerte, suavizar las cosas. La foto de la reunión lo decía todo. Obama, su vice Joe Biden y los otros dos protagonistas del novelón racial que tiene hipnotizados a los medios norteamericanos sentados alrededor de una mesa de jardín tomando unas cervezas y picando unos maníes.
“No se trata de una cumbre de la cerveza, como la presentaron los medios; somos sólo cuatro personas que toman un trago al final del día”, describió Obama, intentando bajarle el tono al maltrago. El profesor Gates había sido detenido brevemente después de haber entrado en un altercado verbal con el sargento, quien estaba respondiendo a un llamado al 911 sobre un posible robo en la casa de Gates. En realidad, una vecina se equivocó creyendo que el ladrón era el profesor, quien volvía de viaje y no lograba sacar la llave que se le había quedado trabada en la cerradura. Lo que apenas hubiera merecido una mención en el diario del pueblo se convirtió en un tema de discusión internacional.
La imagen del profesor Gates, una eminencia en estudios afroamericanos y ganador de numerosos premios, quejándose de que había sido víctima de la policía, le dio una dimensión racial al asunto. Como si no fuera suficiente, luego Obama se sumó al malentendido durante una conferencia de prensa al sugerir que la policía había “actuado estúpidamente”. Más tarde se retractó un poquito, diciendo que debería haber “calibrado” más cuidadosamente su comentario.
La encuesta de Pew encontró que Obama había “sufrido importantes bajas” en sus porcentajes de aprobación en el pasado mes y uno de los motivos parece haber sido sus comentarios sobre el arresto en Boston. Entre los blancos, dijo el sondeo, la baja era mayor. La llamada “cumbre de la cerveza” se realizó a pasos de las hamacas que cotidianamente usan las hijas del presidente. El escenario fue elegido para relajar a los invitados y distraerlos de las cámaras que los acompañaron desde lo lejos.
Mientras Obama desplegaba su don de anfitrión en la mesa de plástico, sus consejeros trataron de minimizar las expectativas por el inédito encuentro. “Este no es un informe postacción”, insistió el vocero Robert Gibbs, añadiendo que la Casa Blanca “no está para mediar con disculpas”.
Llamar la atención otra vez sobre el revuelo de Boston puede no resultar en beneficio del presidente, quien esta semana recibió otra mala noticia de boca de las encuestas. Un sondeo del Wall Street Journal y de la cadena NBC publicado ayer mostró que mientras el público estadounidense estaba dividido equitativamente en junio sobre la reforma de salud promovida por Obama, las cifras en julio mostraron una aguda caída. Un 36 por ciento seguía apoyando la reforma, mientras que el 42 por ciento señalaba que era una mala idea para las finanzas federales.


* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère.


Fuente de la nota, Página 12 de hoy: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-129144-2009-07-31.html


Ver también:
http://www.clarin.com/diario/2009/07/31/elmundo/i-01969042.htm
http://www.clarin.com/diario/2009/07/31/elmundo/i-01969043.htm
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1156785#lectores
(con comentarios de lectores, pero más sobre Cristina K que otra cosa!)

Henry Louis Gates Jr. sobre la reunión

Un accidente de tiempo y lugar
Por Henry Louis Gates Jr. (mi traducción del inglés)

Quisiera felicitar al presidente Obama por reunirnos al sargento Crowley y a mí, junto con nuestras respectivas familias. Quisiera también agradecer al Presidente por recibir a mi padre, Henry Louis Gates, Sr., quien la mayor parte de su vida ha sido un Republicano! Mi padre cumplió 96 años este junio pasado, y gracias a que tuvo dos trabajos por día tanto mi hermano, el Dr. Paul Gates, como yo pudimos recibir una muy buena educación. Estoy honrado de que me haya acompañado a la Casa Blanca, junto con mi pareja, mis hijas y mi hermano.
Tanto el sargento Crowley como yo, a través de un accidente de tiempo y espacio, hemos sido protagonistas involuntarios –metáforas, en realidad- de mil narrativas sobre raza sobre las cuales ni él ni yo tuvimos control. Las narrativas sobre raza son tan antiguas como la fundación de esta gran República, pero estas nuevas se han desarrollado precisamente cuando los americanos, superando siglos de miedo y hábitos, hemos mostrado al mundo el gran progreso que para nuestra nación significó elegir un presidente afroamericano. Nos toca al sargento Crowley y a mí utilizar la gran oportunidad que nos brindó el destino para promover, por un lado, mayor simpatía entre los norteamericanos por los peligros diarios que enfrenta la policía y por otro, por los genuinos peligros que representa el perfil racial (racial profiling).
Dejenme decir que agradezco a Dios que vivo en un país en el que los oficiales de policía ponen su vida en peligro diariamente para protegernos y, más que nunca , he llegado a entender y apreciar sus constantes sacrificios por nuestro bienestar. Estoy agradecido, también, por vivir en un país en que la libertad de expresión es un valor sagrado y espero que ambos algún día nos podamos conocer mejor, como empezamos a hacerlo esta tarde en la Casa Blanca tomando unas cervezas con el presidente Obama. .
Agradezco a Dios que vivimos en un país en el que la libertad de expresión está protegida, un país que garantiza y defiende mi libertad de expresarme cuando creo que mis derechos han sido violados, un país que nos protege del arresto cuando expresamos nuestras opiniones, no importa que tan impopulares sean.
Y doy gracias a Dios por un Presidente que puede elevarse por sobre las peleas, unir antiguas diferencias y transformar incidentes como éste en eventos en la evolución de las actitudes de nuestra sociedad acerca de la raza y la diferencia. El presidente Obama es un hombre que entiende de la tolerancia y el perdón, y nuestro país está bendecido por tener un líder como él.
La conversación nacional de estas semanas sobre mi arresto ha sido fuerte, por no decir tumultuosa y violenta. Pero hemos aprendido que podemos tener diferencias sin demonizarnos el uno al otro. Hay razones para creer que muchas personas han emergido del incidente con una mayor simpatía por los diarios peligros de ser policía y por los genuinos miedos que provoca el perfil racial (racial profiling).
Durante mi carrera académica me esforcé por acercar las diferencias y promover el entendimiento entre los norteamericanos, y puedo asegurarles que es más confortable ser el comentador que el comentado. En este momento espero que podamos trascender el incidente y movernos hacia delante y que esta experiencia será una ocasión para la educación y no para la recriminación. Sé que el sargento Crowley comparte este objetivo. Ambos deseamos vivamente volver al trabajo mañana. Y creo que el Presidente también debe tener otras cosas que hacer.

Nota y foto: http://www.theroot.com/views/accident-time-and-place?auto=true

jueves, 30 de julio de 2009

Los debatidores

Sigo con el tema de la película “Los grandes debatidores”. Hay un par de articulos interesantes publicados en el New York Times que dan una idea de la relación entre lo sucedido históricamente y la versión presentada en la película.
(foto New York Times)

Arriba, una foto vieja con los miembros verdaderos del equipo. No está datada pero debe ser de 1936. Los hechos narrados en la película son de 1935. Debajo de la foto se lee: “El equipo de debatidores del Wiley College ha adquirido fama nacional. Acaba de terminar su segunda Gira Anual Interracial de Buena Voluntad a la costa este. Wiley ha participado de 150 debates en los últimos 12 años, enfrentando a la mayoría de los principales colleges de negros (Negro colleges en el original) y a varias universidades blancas de renombre. Perdió sólo un debate de los 75 en que se reconoció un vencedor. La fecha en que, durante 1937, se enfrentarán a la universidad de Oxford será anunciada en breve.”

Algunos datos que me parecen interesantes:

La universidad blanca a la cual derrotan en realidad no es Harvard, sino USC, la University of Southern California, que en ese año era la campeona en los debates. De todas maneras, su victoria no fue oficial porque los negros no podían integrar la sociedad de equipos debatidores –sólo pudieron hacerlo después de la Segunda Guerra Mundial. Los realizadores pusieron a Harvard en la película para dar una idea actual de lo que en la época significaba ganarle a USC.

Los debates eran un género realmente popular en la época y atraían multitudes -lo que valoriza aún más los éxitos de Wiley.

(foto del NY Times: Tolson de traje claro, y Henrietta Bells a su lado)

Aunque la película al final dice que pasó con cada uno de los protagonistas, sólo dos de ellos (Tolson y Farmer) son reales. El personaje de Samantha Booke (la única chica del equipo) está inspirado en Henrietta Bell Wells, quien integró el equipo solamente por un año –por motivos económicos. Henrietta, la última sobreviviente de los debatidores, fue uno de los asesores de la película y falleció en marzo de este año a los 96 años.
El profesor, Melvin Tolson, fue un reconocido poeta afroamericano. Llegó a Wiley imbuído del espíritu innovador y concientizador del Harlem Renaissance y fue una figura admirada en todas las universidades negras de la época. Su obra poética más renombrada fue publicada un año antes de su muerte en 1966.
(foto del NY Times: el equpo de debatedores en la película)
De todos los debatidores, el más reconocido posteriormente fue el entonces adolescente James Farmer Jr. , hijo del primer afroamericano en obtener un doctorado en el estado de Texas –un estado particularmente racista. En 1942 James Jr. fundó el Congreso para la Igualdad Racial (Congress of Racial Equality), una de las entidades precursoras del movimiento por los derechos civiles de los afroamericanos. En años posteriores usó sus habilidades como debatidor contra un formidable adversario: nada menos que Malcolm X. Según sus propias palabras en una entrevista brindada en 1997: “Debatí contra Malcolm X en cuatro oportunidades y siempre le gané. Pensaba; ‘Vamos, Malcolm, no me podés ganar. Vos no fuiste entrenado por Tolson’ ”
Los colleges negros han perdido, actualmente, la popularidad que tenían antes de la segregación. Cuando ésta acabó, los mejores alumnos se fueron a las universidades blancas. El propio Wiley College atravesó penurias económicas en estos últimos años. Luego de la película, Denzel Washington realizó una donación de un millón de dólares para reestablecer el equipo de debatedores. Ahora, cuando se llama por teléfono a la institución, la contestadora responde: "Wiley College, cuna de Los Grandes Debatidores…”
Fuente de datos y fotos: diario New York Times

miércoles, 29 de julio de 2009

Películas recomendadas...

Por esas cosas de la “globalización desde abajo” se pueden encontrar, en algunos kioscos porteños, interesantes películas referidas a la experiencia afro-(norte)americana o aún africana que seguramente no van a llegar a los cines y tampoco sabemos si a las tiendas de videos. Así como el vhs y ahora el dvd permitieron la circulación de películas que no eran consideradas lo suficientemente comerciales como para estrenarlas en salas, el circuito trucho permite acceder a películas que quizas ni siquiera se consideren rentables para su edición y circulación legal. Claro que no ejerzo ni recomiendo el deleznable oficio de la piratería, pero gracias a mi amigo Mr. Hyde que me las prestó, pude acceder a algunas películas muy recientes que revelan distintos aspectos de la cultura o historia africano-americanas.
La que tiene más probabilidades de llegar a circuitos comerciales –si no es que ya está, y como siempre lo recomendable es alquilarla de su video-club amigo- es The Great Debaters, una película dirigida y protagonizada por Denzel Washington. Es el segundo largometraje dirigido por el conocido actor, fue estrenado en EEUU en el 2007 y narra la historia (inspirada en hechos reales) de un maestro y activista social de un college afro-americano en Texas que, en la década de 1930, preparó a un grupo de alumnos para debatir en torneos con otras universidades. Una impensada serie de éxitos los lleva a competir, al final, con la universidad de Harvard. La película muestra bastante bien la realidad de la vida afro-americana de la época –desde el punto de vista de sus minorías más privilegiadas que podían estudiar. Hay un par de escenas fuertes que cortan, afortunadamente, el clima algo edulcorado e "inspirador" de la película, que abreva quizás demasiado en el género si-te-esfuerzas-puedes-lograrlo. De todas maneras vale la pena verla y aprender un poco más de la historia afro-americana.
No se si Notorious (2008) es una buena película –a mí me gustó más a medida que transcurría- pero sí es una buena manera de conocer el mundo del rap norteamericano (adjetivo necesaria a estas alturas en que el género tiene hijos propios, legítimos y bastardos, por todo el mundo). Cuenta la historia de Biggie Smalls, uno de los raperos más conocidos, que le devolvío el brillo al rap neoyorquino cuando estaba algo opacado por el éxito de raperos de la costa este. El enfrentamiento –real o generado por las discográficas y los medios- entre intérpretes de la West Coast y de la East Coast llevó a un par de muertes célebres. La película muestra el crecimiento, como músico y como persona, de Notorious B.I:G, y su relación con otras estrellas del género: su manager Puff Daddy; Tupac Shakur, primero su amigo y luego rival de la East Coast; Lil’ Kim y Faith Evans, conocidas cantantes y también novias/amantes/mujeres del protagonista. Hay muchas escenas que permiten apreciar la música de Smalls. Debo confesar que, pese a que me gusta y escucho mucho rap –de todos lados- no conocía su obra más que de nombre. Mis preferencias siempre habían estado con Tupac. Si, con las limitaciones hollywoodianas 8 Miles (la película con Eminem) da una buena visión “desde abajo” del mundo del rap, ésta lo presenta “desde arriba”, mostrando que, como le dice Tupac al protagonista en sus primeros momentos de confraternización, lo realmente difícil empieza cuando uno llega al estrellato.
Mad Dog es una película francesa estrenada este año, que se puede describir en terminos yanquis como “Cidade de Deus meets Mad Max” –reloaded, ya que los protagonistas parecen estar siempre en alguna anfeta. La película es sobre los niños soldados de Africa, en una guerra en un país indefinido en que una facción que los recluta quiere derrocar al presidente. Es dura de ver, y uno se pregunta si ayuda a divulgar “el problema” de los genocidios y el empleo de niños como máquinas de matar o si, por el contrario, confirma los estereotipos sobre la “brutalidad” y “salvajismo” de “los africanos”. La contracara de los chicos enfervorizados que parecen jugar a que están en una guerra –pero con balas de verdad- es la pasiva población general, que huye y huye aterrada y desesperanzada. En el revuelo, una chica intenta salvar a su padre y a su hermano sin que nadie la ayude. Al final, tendrá su encuentro cara a cara con el protagonista, Johnny Mad Dog. La película es un poco como si alguien viniera a Buenos Aires e hiciera un relato sobre una bandita de chicos que están re-locos por el paco y los siguiera en sus atropellos (ficcionalizados y terribles) por el gran Buenos Aires. A lo mejor sería parte de la realidad, a lo mejor resultaría una exageración, pero sería siempre parcial y estereotipante Es una co-producción Francia-Bélgica-Liberia, el director es francés y se nota – con todas las virtudes y vicios que separan al cine francés del norteamericano. La película se basa en el libro homónimo de Emmanuel Dongala, escritor africano -lo que deberia darle algunos visos de verosimilitud.

lunes, 27 de julio de 2009

Pablo Cirio en Página 12


Página 12, Lunes 27 de julio de 2009, Diálogos.
Entrevista a Pablo Cirio, antropólogo de la musica y militante social
“El argentino no está preparado para ver a los negros”
Por Leonardo Moledo y Nicolás Olszevicki

Los descendientes de africanos en Buenos Aires sufrieron un mecanismo consciente de invisibilizació n. Lo cierto es que los negros están y existen. Pablo Cirio se ocupa de estudiar a y con los afroporteños, que cuentan entre sus filas a ciertos famosos que reniegan de su estirpe y que influyeron decisivamente, quiérase o no, en muchas de las más ponderadas creaciones nacionales.

–Usted es antropólogo, pero trabaja con la música.
–Efectivamente. Mi especializació n es la música en contextos socioculturales, concretamente, ahora, en la población afroargentina (es decir, los descendientes de negros africanos esclavizados en la época colonial hasta 1861, que fue el año real de abolición de la esclavitud en nuestro país).
–¿Por qué fue el año real?
–Generalmente se cita la libertad en 1813, pero ésa fue una libertad formal. La esclavitud, de hecho, siguió funcionando; los esclavos siguieron estando bajo condiciones de servidumbre en las casas de sus amos. En 1861, Buenos Aires suscribe a la Constitución Nacional, y es en esa Constitución donde realmente queda abolida la esclavitud.
–¿Era una población de cuánta gente?
–Las cifras son muy endebles. Uno a veces piensa que los censos son abstracciones matemáticas puras y duras pero, desde las formas de diseñar un censo hasta las maneras de contar a las personas, hay mucha incidencia de factores culturales. Tal es así que en 1887 es el último censo nacional en el que se cuenta a la población negra de manera diferencial. Después de 1887 los censos no incluyen la categoría “negro” y crean otra categoría que es la categoría de “trigueño”, que formó parte de un mecanismo de invisibilizació n de la negritud. Lo que los censos reflejan no es la realidad como una fotografía de la época, sino cuestiones ideológicas. En 1887, en Buenos Aires dan como población negra un 1,8 por ciento (que parece mínima).
Para ese período, sin embargo, la comunidad negra tenía una prolífica actividad social y cultural: entre ellos funcionaban 20 periódicos, había cerca de 100 entidades afroporteñas (entre sociedades carnavalescas, de ayuda mutua, etc.), había centros políticos, artísticos, culturales.. .
–Y el mito de que los negros fueron barridos por la fiebre amarilla y la guerra del Paraguay, ¿es realmente un mito?
–No, eso es verdad. Hay varios supuestos que cualquier argentino podría enumerar si se le pregunta por qué no hay población negra en la Argentina. La primera argumentación es que acá hubo algunos hechos históricos y sociales en los que murieron masivamente: las guerras de la Independencia, la guerra del Paraguay. Como quedaban muchas más mujeres negras que hombres, comenzaron a casarse con blancos y la descendencia comenzó a decaer. Esas razones existieron, pero no explican por qué hoy, en 2009, una parte significativa de la población argentina se reconoce descendiente de esclavos negros y mantiene su cultura vigente.
–¿Y dónde están?
–Bueno, ahí está el segundo mecanismo de negación de la negritud. A cualquier argentino que se le pregunte sobre los negros en la Argentina va a contestar: “Bueno, pero yo no los veo por la calle”. Lo que pasa es que habría que ver por cuáles calles camina nuestro interlocutor: Buenos Aires es una ciudad muy grande y el resto del país ni hablemos. Hay muchas calles, muchos barrios, muchas geografías sociales y culturales. Lo que yo le puedo decir es que ellos están y viven. Así como los censos son un recorte cultural e ideológico, nuestra mirada es también un recorte cultural e ideológico. Uno no mira naturalmente, mira condicionado por la educación, por factores históricos, por intereses y por silencios. Cuando uno tiene el ojo entrenado, puede ver cosas que otra persona no ve.
El argentino, en su ideario identitario, no está preparado para ver a los negros. Pero... ¿por qué no podemos verlos? Ahí hay una cuestión delicada. Yo le voy a hablar de los afroporteños, cuya situación es distinta a la de los afroargentinos del interior del país (en cuanto a estrategias de preservación y divulgación de su cultura). Los afroporteños han elegido conscientemente no mostrar su cultura puertas afuera de sus casas. Esa fue una estrategia de preservación y defensa frente a algunos avasallamientos que se vinieron dando en las últimas décadas del siglo XIX. Hay que tener en cuenta siempre que en 1861 es la abolición de la esclavitud y ya en 1863 se empezó (con una nota publicada en los almanaques de la época) a hablar de la inminente desaparición biológica y cultural de los negros. De 1863 hasta el presente, ese tópico se viene repitiendo periódicamente en la prensa, en los académicos, en los políticos, en los intelectuales. “No quedan más negros, ya no hay más tradiciones negras”, se dice. Eso también fue responsabilidad de la propia comunidad negra, que decidió mantener su cultura puertas adentro para evitar ser objeto de burla o de humillación pública (en los carnavales, por ejemplo). Esa estrategia se mantuvo vigente hasta hace dos o tres años. Puertas afuera se mezclaban con los ciudadanos comunes y corrientes, y trataban de mimetizarse con la blanquedad. Eso hizo un engranaje nefasto con el pensamiento blanco que, o bien no los veía (no los quería ver) o bien los extranjerizaba. Es muy común que, cuando uno ve un negro en la calle, piense automáticamente que es brasileño o africano. Si bien es probable que muchos sean de ese tronco, muchos de ellos pueden ser tranquilamente afroargentinos y nosotros ni siquiera lo pensamos. Otra cuestión delicada es la del mestizaje cultural y biológico. Los negros se han mezclado con población blanca y con población aborigen. Ese mestizaje nosotros no podemos verlo. Nosotros vemos en términos absolutos: se es absolutamente negro o blanco. No podemos ver el producto de la mezcla cultural. Y América es eso, en realidad: una mezcla de culturas. Eso derivó, sumado a los grandes índices de pobreza que hay entre la población negra, en la migración del concepto de negritud al concepto de pobreza.. Se empezó a hablar de negro no en términos étnicos, culturales e históricos sino en términos de pobreza. Cuando hoy uno habla de negros, eso tiene un sentido socialmente despectivo. Se está racionalizando una cuestión económica y social.
–¿Qué relación hay entre los “cabecitas negras” y los afroargentinos?
–Yo me atrevería a decir que son lo mismo. Cuando se habla del negro, del cabecita negra, estamos pensando en la mezcla de criollos con aborígenes, pero no tenemos en cuenta la tercera raíz de la Argentina.. La española es una, la aborigen es otra, pero falta la negra. Esa es la otra pata del mestizaje, que falta en nuestra historia. Esa otra pata fue diluida, fue solapada, fue acallada. Y fue una estrategia consciente por parte de la generación del ’80 en su afán de construir una moderna Nación Argentina. Para eso era clave el ideario blanco (que se mantiene virtualmente intacto). Y, como nadie habló con los afroargentinos a nivel de investigación (siempre se habló sobre ellos, de ellos, en contra de ellos), se me ocurrió que era interesante hablarles. Y lo que dicen es muy interesante.
–¿Qué dicen?
–En este país de ausencias, ellos se consideran los primeros desaparecidos. La pregunta es por qué: si ellos están, si ellos viven, ¿cómo se pueden considerar desaparecidos? La respuesta es que son desaparecidos de Africa: sus ancestros fueron secuestrados de su continente y traídos compulsivamente, esclavizados, a esta tierra.
–Los que viven ahora, ¿son afroporteños puros?
–No existe el concepto de pureza, en ningún aspecto. Ese concepto se toma de la biología o de la culinaria, pero en términos culturales eso no existe (porque uno trata de ponerle valor a eso). Acá fueron traídos muchos grupos diversos del Africa negra, de cuyos nombres no se acuerdan ni los propios descendientes. Porque ellos también quisieron olvidar ese pasado. La mayoría son del tronco bantú, del centro-sur de Africa. Hablar de ese tronco es hablar de medio continente africano. Esos grupos, a su vez, se mezclaron entre sí, y se mezclaron con los blancos, y se mezclaron con indígenas, y de ahí provinieron todos los descendientes. Yo, antes de pensar en términos de pureza o impureza, prefiero pensar en los afroporteños como aquellos que se reconocen descendientes de esclavizados y que mantienen valores de su cultura.
–¿Cómo cuáles?
–La música, la religión, el idioma, la culinaria.
–¿Y qué idioma conservan?
–Bueno, lo que pasa es que el idioma no está disociado de la variación cultural. Se conservan, por ejemplo, cantos arcaicos (posiblemente originarios de Africa) que están en lenguas arcaicas del tronco bantú. Yo he podido traducir una de esas canciones, que ni siquiera ellos saben qué significan, dado que las cantan por fonética. Eso, a su vez, se fue deformando con los siglos, lo cual lo hace aún más complicado. Pero se mantiene, más o menos, el vocabulario. Y mucho de ese vocabulario permeó al lunfardo: mucama, quilombo, catinga. Mucho quedó igual. Y mucho fue variando por las circunstancias históricas del país, por ejemplo, “chongo”. En la comunidad negra, eso significa persona blanca. Fuera de esa comunidad, eso significa otra cosa. Ellos, también, preservaron palabras que no pasaron al lunfardo: mundele (un tipo de carne de vaca) o calunga (cementerio) o tute (caliente). En su habla coloquial, ellos usan esas palabras, que por cuestiones históricas no pasaron a nuestro idioma general.–¿Y dónde se los encuentra?–Bueno, la ciudad de Buenos Aires es muy grande, y a eso hay que sumarle el continuum poblacional que es el Gran Buenos Aires. Estamos hablando de un área de más de 10 millones de habitantes. Por cuestiones de pobreza, a través de las sucesivas crisis que fue atravesando el país, la pobreza actuó como fuerza centrífuga y los fue alejando del centro. A fines del siglo XIX, ellos vivían en los históricos barrios de Montserrat, San Telmo y San Cristóbal. Con diferentes crisis, ellos fueron yéndose hacia Flores. En la primera mitad del siglo XX, ellos vivían allí. De hecho funcionó un club llamado La Armonía, en el que se bailaba su música. Hoy, en su mayoría, viven en Merlo, en Ituzaingó, en Paso del Rey, en La Tablada, en La Matanza, en Valentín Alsina, en Lomas de Zamora. Una pequeña población queda en Buenos Aires, pero muy pequeña. Ahí habría que hacer una aclaración. Ellos son todos afroporteños, pero internamente se dividen en dos subcategorías. Los negros usted y los negros che. Los negros usted, que son una minoría, son los pocos que lograron una posición de elite económica e intelectual, a fuerza de deshacerse de su lastre étnico y de no comprometerse con su cultura ancestral (y, por lo tanto, de abrazar el ideario blanco de ciudadano). A algunas de esas personas negro usted las conocemos muy bien, porque son personas de la farándula, o de la política, y, por una cuestión cultural, nosotros no los podemos ver como negros (y ellos tampoco se reconocen como negros).
–¿Por ejemplo quiénes?
–Vamos a dar nombres. La escritora Griselda Gambaro (afrodescendiente del tronco colonial). El pianista Horacio Salgán. El peluquero Roberto Giordano. La actriz o conductora Carmen Barbieri (cuyo abuelo era guitarrista de Gardel). Todas esas son personas que, para nosotros, son blancas (y que se esfuerzan por ser blancas), pero tienen una raigambre negra. El tema de la negritud, entre ellos, no se habla. Esos son los negros usted. La gran mayoría, sin embargo, son los negros che.
–¿Y la música?
–Bueno, lo que estructura la cultura negra porteña es el candombe, y lo que marca el ritmo del candombe es el tambor. Y el toque del tambor para los afroporteños es su conexión sonora con sus ancestros: reviven a sus ancestros a través de la danza y el baile. O sea que toda música es vivida como una danza lúdica pero, a la vez, religiosa.
–¿Y la comida?
–Mucha de ella la comemos a diario, y no tenemos memoria de ese patrimonio negro. Por ejemplo, el dulce de leche. Cuando se dice que nació de un descuido en la provincia de Buenos Aires, luego de que la cocinera de Rosas se olvidara la leche en el fuego, nadie dice que esa cocinera era negra. Por ejemplo, las achuras: las comidas de las vísceras son típicamente negras. No por nada el barrio de Montserrat se llamaba el “Barrio del Mondongo”. Los criollos no comían esa carne, la tiraban. Y las negras achuradoras (esto lo dice Echeverría en El matadero) iban a recoger esa carne para hacer su comida.
–¿Eso es de raíz africana?
–Afroamericano, en realidad. Hay una anécdota de Borges muy interesante. El volvió a su casa, en la década del ’20, y le contó a su madre, enfervorizado, que había estado con compadritos, y que lo habían invitado a comer. La madre, entonces, le pregunta: “¿No habrás comido asado, esa porquería que comen los esclavos?”. Otra comida, que no ha pasado a la tradición culinaria nuestra, es una en la que se hierven huesos de pata de vaca hasta que se deshacen; eso se mezcla con cebolla rehogada y ajo y se pone en una fuente, como si fuera queso. Esa era una comida de negros muy pobres. Por tradición historiográfica se sabe que los negros siempre estaban recogiendo huesos de vaca en los mataderos.
–¿Cuántos son, aproximadamente?
–Aproximadamente, de acuerdo con varios estudios realizados, serían un cuatro por ciento de la población del país, es decir, unos dos millones de personas. Pareciera un disparate, pero ahí hay que tener en cuenta muchas cosas. Cuando nosotros decimos “negro”, en líneas generales, nos estamos refiriendo a algo muy visible: al color de piel. Pero hay que aclarar que no todos los negros son negros. Fíjese en Horacio Salgán, o en Carmen Barbieri.. Por eso se usa una categoría más amplia, que es la de afrodescendientes. Nosotros podríamos tranquilamente ser afrodescendientes y no lo sabemos. Los afrodescendientes, para darse cuenta de quiénes son sus pares, no se fijan en la piel sino en el pelo. El pelo enrulado o tipo mota es copyright africano.
Diálogos: ¿Por qué Pablo Cirio?
Antropología musical y militancia
Por L. M. y N. O.
Pablo Cirio, antropólogo en proceso de preparación de su doctorado por la Universidad de Buenos Aires, no es sólo un investigador sino un militante, un vocero de uno de los grupos que más estratégica e intencionalmente fue silenciado por el discurso político dominante en nuestra historia nacional. Desde que los gentlemen de la generación del ’80 decidieron adaptar la Argentina a los modernos patrones y valores internacionales, la cultura negra (derivada de los hombres esclavizados en el territorio nacional en los tiempos coloniales) quedó relegada a un lugar marginal. Cirio intenta revertir esta situación, volviendo a darles la voz a quienes fueron obligados a permanecer callados, tratando de hacer visible su invisible, pero no por ello inexistente cultura.
Actualmente, da en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, en la Cátedra Libre de Estudios Brasileños, un curso sobre la situación de los afroporteños hoy. “No investigo a los afroporteños sino con ellos, lo cual es lo más justo dados sus cinco siglos de presencia en el territorio y su aparente ausencia en todas las cuestiones del país”, dice. Trabaja en el Instituto Nacional de Musicología Carlos Vega, dependiente del gobierno nacional, y milita en una agrupación que se formó el año pasado, la Asociación Misibamba, que nuclea a la comunidad afroargentina de Buenos
Agradezco a Iván Jaramillo

sábado, 25 de julio de 2009

Reconocido intelectual afro-americano arrestado

Sabemos que en EEUU la identidad racial es la identidad principal, la que organiza –y subordina- todas las otras identificaciones posibles. Esto quiere decir, básicamente, que un individuo no puede escapar de ser “un negro” en cualquier interacción, y de ser tratado como tal.
Uno de los ejemplos a los que recurro en charlas o clases es el de un importante profesor de una universidad norteamericana que volviendo a su casa es detenido por la policía que sospecha de un negro en un coche caro en un barrio de nivel socio-económico alto. Los policías lo maltratan y lo llaman “boy” (la forma en que, desde hace muchos años, los blancos se dirigen despectivamente hacia los negros). Moraleja: un afro-(norte)americano sí puede llegar a ser un importante profesor universitario pero en los encuentros callejeros con la policía igual es “un negro” más. Nunca me acuerdo bien quién era el profesor, ni en qué universidad trabajaba –sabía que era de las mejores- pero de todas maneras seguro que no hubo sólo un caso sino varios similares. En estos incidentes, nunca queda del todo claro si el problema principal es la sospecha basada en racial profiling (realizar un perfil racial) o la voluntad sádica de policías blancos de querer "poner a un negro en su lugar" -mostrar que, pese a que él tenga una posición social e intelectual mejor, todavía le pueden hacer pasar un mal rato. No lo linchamos, pero lo apretamos.

Foto: Associated Press

Ahora la anécdota cobró un rostro y nombre impensados. Hace pocos días en Cambridge, Massachussets, Henry Louis Gates Jr., uno de los intelectuales afro-americanos más reconocidos de EEUU fue esposado y arrestado en su propia casa por la policía bajo el cargo de “escándalo público” (disorderly conduct). Gates dirige el centro de estudios afroamericanos de la Universidad de Harvard, es autor de libros clásicos sobre temas raciales, produjo varios documentales para la televisión y es considerado por muchos el intelectual negro más importante de EEUU.
Según el relato de los periódicos, la policía recibió la denuncia de una vecina de que “dos hombres negros con mochilas” estaban forzando la puerta de una residencia. El agente que fue a investigar se encontró con Gates quien, recién llegado de un viaje por la China, había tenido problemas con la cerradura y había forzado la puerta de entrada. Ante los requerimientos del policía, Gates le dijo que era el dueño de casa y que enseñaba en Harvard. Ante un nuevo pedido del oficial, le mostró dos documentos que certificaban lo que decía.
Foto: Associated Press
Molesto con que el interrogatorio todavía prosiguiera, Gates le dijo al oficial“¿Por qué hacés esto?¿ Porque soy un hombre negro y vos un policía blanco? ¡Esto es lo que pasa a los hombres negros en America!”. Le preguntó varias veces por su nombre y número de placa, y como el agente no se identificaba, lo siguió hasta la calle. Repitió la pregunta ante otros policías que habían llegado. Molestos con que Gates los increpara, lo arrestaron por “alboroto”. Aunque fue liberado a las pocas horas, el suceso creó un (más que) pequeño escándalo en EEUU y fue considerado un caso típico de “racial profiling” (sospecha por fenotipo racial, "portación de rostro" diríamos nosotros).
Los afro-(nortea)mericanos afirman que difícilmente se le pediría a un hombre blanco que se identifique en su propia casa, y si así fuera, el policía se retiraría rápidamente pidiendo disculpas, sin insistir con sus preguntas.

(Casa de Gates, foto Associated Press)
La polémica se amplió todavía más cuando Obama, interrogado al respecto, dijo que “la policía de Cambridge actuó de manera estúpida al arrestar a alguien cuando ya estaba demostrado que se encontraba en su propia casa. Sabemos, aparte del incidente, que en este país hay una larga historia de detenciones injustificadas de afro-estadounidenses y latinos por la policía. Es un hecho".
El oficial que hizo el arresto, respaldado por el departamento de policía local, dijo que el presidente no conocía los detalles y por eso debía tener mayor cuidado al opinar.
Quizás preocupado porque el incidente le quitaba atención mediática a su proyecto de reforma del sistema de salud, Obama le sugirió a Gates que ambos se reunieran, junto con el agente que hizo el arresto, a tomar una cerveza en la Casa Blanca. Gates aceptó, convencido de que su experiencia "sólo va a tener un significado mayor si podemos usar este desafortunado incidente como un momento de reflexión para disminuir la sospecha racial y aumentar la equidad en el sistema de justicia criminal para la gente pobre y de color”.

Entrevistas y opiniones varias en el sitio web dirigido por Gates: http://www.theroot.com/

Mientras tanto, en La Nación....

Cuando subí la entrada anterior no me había dado cuenta de que La Nación de hoy había reflejado el incidente en su portada y en una nota bastante grande (dire abajo). Claro que para La Nación lo importante es la disculpa de Obama y su "error" de pensar que la raza puede haber tenido que ver en el asunto.
La cobertura (por una corresponsal del diario en EEUU) es abiertamente "pro-policía" y muestra, como suele suceder con el periodismo argentino, poca sensibilidad para las cuestiones raciales. Aún si en esta ocasión el policía estuviera "justificado" en su proceder (lo cual es dudoso y será siempre discutible), cualquiera que haya visto películas norteamericanas en los últimos años (ni siquiera necesitan ser de Spike Lee) sabe que los encuentros con la policía son un "área dura de racismo" y que la preocupación de Obama estaba plenamente justificada -como debería ser el caso para cualquier presidente norteamericano.
Los comentarios de los lectores, como siempre, se pasan de la categoría "poca sensibilidad hacia temas raciales" ....

viernes, 24 de julio de 2009

Archibald Motley, pintor afro-(norte)americano

Tongues (Holly Rollers) (1929)
Siguiendo con la exposición El Siglo del Jazz: una de las consecuencias interesantes de asistir a una buena muestra es que uno conoce nuevos artistas. Entre los que más me gustaron, está Archibald Motley, un artista afro(norte)americano que nació en 1891 en Nueva Orleáns, y falleció en 1981 en Chicago.
Blues (1929)
Es particularmente conocido por su contribución a, y retratos de, la movida cultural que se denominó Harlem Renaissance –que como vimos tuvo lugar durante las décadas de 1920 y 1930. Presento en esta entrada varios de sus cuadros, los primeros tres estaban en la muestra del Quai Branly, y los otros los obtuve en internet.
The Jazz Singers (1934)
Motley venía de una familia negra de clase (podríamos decir) media, que vivía en un barrio blanco. Nunca vivió en Harlem –de ahí, quizás el toque levemente exotizante de los cuadros, que no dejan de ser bellísimos. En Chicago, donde vivió gran parte de su vida, pudo tomar clases en el Instituto de Arte de la ciudad. Fue uno de los dos primeros artistas afro-(norte)americanos en realizar una exhibición individual de cuadros en Nueva York.
Bronzeville by Night
Ganó importantes becas y una le permitió proseguir sus estudios de arte en París. Su obra refleja la influencia de pintores Renacentistas, y logra incluir temáticas y cuerpos afro-(norte)americanos dentro de un estilo más clásico de pintura en el que no tenían cabida.
Hot Rhythm
Quizás por el barrio en que vivió, y por haberse casado con su novia (blanca) de la secundaria (lo que le trajo no pocos problemas con los parientes de ambas familias), sus obras reflejan también, en mayor medida que las de sus colegas, la variedad de tonos de piel derivadas de la mezcla racial.

miércoles, 22 de julio de 2009

Movimiento AfroCultural convoca (2)

Capoeira y candombe contra la amnesia (Diego Bonga dixit), la desidia y el olvido. Aunque la burocracia puede resultar un adversario no menos formidable –y letal.
Como suele suceder, ya fuera por el horario (de trabajo), el frío o la indiferencia, frente la Legislatura de la ciudad éramos menos de los muchos que podíamos y debíamos ser.
De todas maneras, hubo un breve encuentro en la calle con el ministro de Cultura de la Ciudad, Hernán Lombarda (foto) quien prometió novedades para dentro de poco. También, adentro del edificio, con uno de sus funcionarios.

Por un rato parecía que íbamos a contar con la presencia de una funcionaria que preside un organismo cuya temática está fuertemente relacionada con el reclamo del Movimiento Afrocultural pero parece que la cantidad de la concurrencia no la ameritó. Me pregunto: ¿lo importante es la causa que se defiende o la foto que uno se puede sacar?
Mañana se realiza una nueva manifestación frente a la Casa de la Cultura, Av. de Mayo 575, a la que están tod@s invitad@s.

martes, 21 de julio de 2009

Movimiento AfroCultural convoca


MOVIMIENTO AFROCULTURAL CONVOCA
MIERCOLES 22 Y JUEVES 23 A LAS 12HS.

NOS CONCENTRAMOS EN LA PUERTA DEL MINISTERIO DE CULTURA DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES
AV. DE MAYO 575

Convocamos a manifestarnos frente al Ministero de cultura de la Ciudad de Buenos Aires para que se de respuesta definitiva a nuestro problema. Hemos sido recibidos en varias oportunidades por el Ministro Hernán Lombardi, quién propuso la creación de un Programa Afrocultural mediante el cual se nos designa el uso del Centro Cultural Plaza Defensa. Pedimos que se dé curso a esa resolución, de la que solo falta la firma del Ministro Lombardi. La comunidad Afro ha realizado innumerable aportes a la sociedad actual y creemos justo el reconocimiento del Gobierno en una situación adversa como estamos atravesando con el Desalojo de nuestro Galpón de la calle Herrera 313 de capital donde funcionamos hace 10 años.

Para defender la cultura

Por un espacio para el movimento afrocultural.
Contra la falta de compromiso por parte de los funcionarios del Gobierno.

Nos juntamos a expresar nuestro reclamo con candombe, capoeira, danza y tambores
Esperamos que te sumes a nuestra lucha
MOVIMIENTO AFROCULTURAL BONGA

+Info

domingo, 19 de julio de 2009

El siglo del Jazz (2)

Como dije, es poco lo que sé sobre el jazz, pero vale la pena volver sobre la exposición en el Musée du Quai Branly. Abajo, algunos de los principales hitos en el desarrollo del género -resumidos del texto introductorio a la muestra en su site de internet- y algunas de las obras que formaron parte de la exhibición, ahora trasladada a Barcelona. A dos de los artistas plásticos que más me gustaron les dedicaré sendas entradas...
Ilustracion para Magie Noire, libro de Paul Morand. Maurice Delavier, 1930.
Comienzos (antes de 1917)
Aunque es muy difícil fijar una fecha precisa del "nacimiento" del jazz , desde hace varios el año 1917 es considerado como una bisagra decisiva. Por un lado, es el año en que se clausuró Storyville, el barrio donde se alojaban los burdeles en Nueva Orleáns y cuyos famosos bares constituyeron una de las cunas del género. Esto causó la migración de músicos hacia el norte de los Estados Unidos, (espcialmente Chicago y Nueva York). Por otro, es el año de la grabación del primer disco en donde aparece la palabra "jazz" en la carátula (o, más exactamente: "jass"). Fue un 78 rpm de la Original Dixieland ‘Jass’ Band e incluía dos títulos: Livery Stable Blues y Dixie Jass Band One Step. Antes existían también muchas manifestaciones que se consideran de alguna manera precursoras del jazz (minstrels, gospel, cake-walk, ragtime) y que ya estaban inspirando a numerosos artistas, ya fueran afro-(norte)americanos, blancos (norte)americanos (como Stuart Davis) o europeos -como Pablo Picasso.
"Harlem Dandy", Miguel Covarrubias, s.d.
La "Jazz Age" (1917-1930)
Después de la Primera Guerra Mundial el jazz se volvió extremadamente popular. Tanto que la expresión Jazz Age, tomada de uno de los libros de F. Scott Fitzgerald, es utilizada con frecuencia para calificar esta época –también conocida comom los roaring twenties o los años locos”. Uno de los hechos más notables de este período es la aparición en Harlem ( pero también en otras grandes ciudades americanas) de una cultura urbana afroamericana, con la música como uno de los aspectos primordiales. La movida cultural de Harlem, conocida como Harlem Renaissance, trajo importantes consecuencias artísticas, políticas y literarias, ya que fue uno de los primeros intentos por reconceptualizar al “Negro” de manera distinta a la propuesta por los estereotipos blancos de la época. Numerosos artistas produjeron en el transcurso de los años 20 una gran cantidad de obras tanto literarias como visuales que, a menudo, encuentran en la música mucho más que un tema de inspiración. Entre ellos es necesario nombrar a Carl Van Vechten o Winold Reiss, y a los afroamericanos Aaron Douglas y Archibald Motley, entre otros.

"Josephine Baker en el Folies Bergères" (Michel Gyarmathy, 1927) © New York, Collection Rennert
Los europeos no se quedan atrás y también participan de este nuevo furor. A París, especialmente, llegaron varios espectáculos traídos desde Harlem, y en especial, la famosísima Revista Negra que hizo de Joséphine Baker una de las principales atracciones en la ciudad. Músicos y artistas afroamericanos realizan extensas giras o se quedan a vivir por un tiempo en esta capital. Paul Colin será de nuevo el encargado de ilustrar este "Tumulto Negro" por medio de su famoso portfolio.
Jazz, Henri Matisse, 1943
Los años del Swing (1930-1939)
Tras la "Jazz Age" apareció la moda del Swing y las grandes orquestas, como la de Duke Ellington, Count Basie, Benny Goodman o Glenn Miller, que hicieron bailar a las multitudes durante la década de los años treinta. Con la llegada del cine sonoro, prestigiosos artistas se inspiran de la pulsación sincopada del jazz.

"Watery Paths"Jackson Pollock, 1947.

La Guerra (1939-1945)
La segunda Guerra Mundial marcó dramáticamente toda la cultura en el mundo y el jazz y sus repercusiones en otros ámbitos artísticos tampoco se salvaron de su influencia. Durante estos años Piet Mondrian, emigrante francés en Nueva York, descubre el Boogie Woogie que inspira de manera esencial sus últimas obras maestras. Matisse, por su parte, elabora su famosísimo Jazz en 1943. Por el lado de la danza americana, el Jitterbug es la referencia, acogido por una espléndida serie de pinturas de William H. Johnson.
"Retrato de un músico" (Thomas Hart Benton, 1949) © T.H and R.P. Benton Testamentary Trusts
Bebop (1945-1960)
El final de la guerra coincide con la llegada del Bebop, revolución musical lanzada por Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Thelonious Monk, Milles Davis y algunos otros. El jazz se moderniza. En cuanto a la pintura, el expresionismo abstracto, está a punto de surgir. Algunas de las figuras y futuras estrellas encuentran su inspiración no sólo en los artistas europeos exiliados en los Estados Unidos durante la guerra, sino también en el jazz que escuchan sin parar, es el caso de Jackson Pollock. Asimismo, esta etapa de posguerra conoce el surgimiento, con el microsurco, de una nueva forma artística: la de la carátula de disco, a la que se dedican artistas anónimos o famosos, como Andy Warhol. El cine de los años cincuenta, en general, se dejó contaminar por este jazz moderno, capaz de adaptar con facilidad sus ritmos y colores expresivos a las imágenes en blanco y negro de entonces: entre otras decenas de largometrajes
,

"Boogie Woogie", Renato Gutusso. 1954. MART, Trento, Italia.

West Coast Jazz (1949-1960)
Mientras que el Bebop fue principalmente negro y neoyorquino, en la Costa Oeste se desarrollo una jazz más fresco y refinado, protegido por los estudios de cine de Hollywood. Aunque realizar una dicotomía tajante entre ambas formas sería una simplificación, la comparación de las tapas de los discos editados por compañías basadas en cada una de las costas ilustra esta oposición: playas soleadas y rubios alborotados al oeste de las fotografías de William Claxton, escritura geométrica y retratos de músicos negros al este. Muchos jazzmen famosos de la costa occidental, por lo general blancos, se ganan por ese entonces cómodamente la vida componiendo la música del cine hollywoodiano, Esto, sin embargo, no les impide participar cada domingo en las jam sessions de importantes clubs de jazz del área.

David Stone Martin, 1959.
La revolución Free (1960-1980)
En 1960, aparece el álbum Free Jazz de Ornette Coleman. Con su título de doble sentido ("liberen el jazz / jazz libre"), el disco -que incluía en su carátula una reproducción del cuadro White Light de Jackson Pollock- es el comienzo de la vanguardia libertaria… Esta "revolución Free" es contemporánea de los movimientos de liberación afro-(norte)americanos - Black Power, Black Panthers, Black Muslims- y también encuentra correlatos en las artes plásticas con artistas como Bob Thompson.

Jean-Michel Basquiat - King Zulu, 1986
Contemporáneos (1980-2002)
Las artes plásticas comenzaron a recurrir sistemáticamente al adjetivo "contemporáneo" al final de los años 60, probablemente porque el término "moderno" ya no concordaba muy bien con las nuevas formas por aquella época en gestación. La expresión "jazz contemporáneo", sin embargo, nos dice poco. En los "Mundos del jazz" (título de un libro de André Hodeir) actual, las distintas épocas cohabitan y llegan a combinarse y mezclarse.

Fuente: http://www.quaibranly.fr/es/programmation/exposiciones/esposiciones-pasadas/el-siglo-del-jazz/index.html

Y http://www.cccb.org/es/album-imagenes_el_siglo_del_jazz-32764

El Jazz y los Afroargentinos

(Oscar Alemán)

Comentario de Pablo Cirio:
Hola Ale, qué interesante esta cronología. Yo también, de jazz digamos que ignoro casi todo. Por depronto, lo que sí me interesa es la relación entre la recepción del jazz en la Argentina, en general, y entre los afroargentinos, en particular. Más allá de la figura paradgmática que significó en nuestro medio el afrochaqueño Juan Moreira (más conocido como Oscar Alemán), aún distamos de conocer los ribetes que adquirió este género entre los afroporteños que gustaron de él para interpretarlo profesionalmente: Rita Montero, Fred Nogueira y Los Diamantes Negros, Orquídea Negra... aún esperan su tratamiento. Por ahora, son apenas nombres, pero quién dice si no hubo una apropiación estilística del jazz por ellos, así como en su momento lo tuvo la rumba cubana transformada en Rumba abierta. Sólo reflexiones en voz alta en esta tarde gris.
Atte. Pablo Cirio.


Comentario de Alejandro Frigerio:
Absolutamente. Todavía nos debemos un buen estudio de la influencia de los afroargentinos en todos los géneros musicales que se tocaban en Buenos Aires (al menos) y las formas de bailarlos durante las décadas de 1950-1960-comienzos de los 70s. Cualquiera que haya hablado o entrevistado afroargentinos de mas de 60 años -digamos- sabe que varios de ellos fueron relevantes en la vida cultural-musical de esa época. Lo sugiere Alicia Martín para las murgas, Robert Farris Thompson para el tango, e indudablemente también estuvieron en el desarrollo del jazz y la música afro-cubana -con sus consiguientes adaptaciones locales. Y podemos encontrar ejemplos más cercanos, también...

Comentario de Berenice Corti:
Particularmente creo que el jazz en Argentina es un ejemplo muy interesante de las diferentes valoraciones que tuvo/tiene la cultura afroamericana en nuestro país, especialmente en Buenos Aires. A diferencia de lo que sucede hoy día, el jazz siempre fue la música negra por excelencia para la industria cultural y la cultura masiva. Pero también existió una apropiación de otro tipo, muy arraigada a las prácticas culturales de los argentinos, en donde el jazz sirvió de vehículo para la expresión de prácticas improvisatorias o de un tratamiento especial del ritmo, por ejemplo. Así el jazz (a través de los músicos) se ha entrelazado más de lo que se supone con el tango, el folklore y el rock, por más que discursivamente se tenga al jazz por foráneo o elitista.
En el estudio de ésto andamos.
Saludos! Berenice Corti.

viernes, 17 de julio de 2009

Los Exús y el policía

Tem polícia na porta do cabaret !” dijo el Exú Tranca Ruas dueño de casa… “Quem tem medo fica aquí, quem nao tem vá la fora na porteira...” Enseguida, todos los Exús y Pomba Giras salieron, en fila, hacia la puerta de calle del templo en el cual se celebraba la fiesta anual de quien había lanzado el desafío. A los pocos minutos los seguí, algo preocupado –la visita policial a un templo de umbanda no suele una buena noticia. Ví algunos Exús –con sombreros y largas capas negras- y Pomba Giras, de largos y escotados vestidos negros y rojos, volviendo de la calle en la cual estaba estacionada una camioneta policial. En el patio, entre la puerta de calle y la entrada al templo del pai Walter de Oxalá –que está detrás de una casa en un barrio del conurbano bonaerense a unas veinte cuadras de la General Paz- había un segundo policía, rodeado de otro grupo de Exús y Pombas Giras que habían ido a saludarlo e intentaban explicarle que lo que transcurría allí era una fiesta religiosa. Todo esto frente al altar de Exú, que tenía la puerta abierta y todas las imágenes, asentamientos y las ofrendas del ebó realizado el día anterior a la vista.

Pensé que quizás no era el mejor lugar para que el policía “entendiera” lo que estaba sucediendo y que los saludos a la usanza tradicional (con recíprocos besos de mano) y el portugués de las entidades tampoco iban a ayudar mucho. El policía, sin “la gorra” antipática y un uniforme más moderno, tipo swat, hizo, para mi grata sorpresa, lo imposible por mantener una interacción respetuosa y educada con sus sin duda poco comunes anfitriones. En la mano llevaba una botella de whisky y unas flores que éstos le habían regalado – presentes cargados de axé que salían de las ofrendas de la aruanda. Lejos del estereotipo del policía pizzero, los agarraba con algo de vergüenza (inquietud?) como si no quisiera llevarlos pero tampoco rechazarlos.

Los Exús le explicaban que eran espíritus, que él no hablaba con sus materias sino que ellos estaban virados. Un exú le dijo algo así como “estou tao virado que minha materia é uma mulher” –mostrando la radical separación entre su identidad espiritual masculina y la femenina de su cavalo. Una Pomba Gira le explicaba que ellos tenían mucho en común con él, ya que moraban en las rúas que el policía y su compañero transitaban y que ellos lo protegían. Otro exú, por el contrario, lo comparó con Ogum de Ronda, San Jorge, el guerrero guía espiritual de umbanda que anda por las calles: ambos guardianes y su hábitat, le dijo, resultaban importantes en la religión.

El policía, algo confundido por esta rápida lección de conceptos religiosos, rodeado por unas siete entidades que le hablaban todas al mismo tiempo, no atinaba sino a preguntar cosas como “por qué no se saludan con un beso en la cara, como todos?”. Aunque no podía escuchar todas las conversaciones –la simultaneidad hacía que se anularan una a otra- igual me quedé cerca, entre divertido y extrañado. Para alguien que creció con la dictadura militar, quizás lo mas asombroso de la escena era ver un policía humano y respetuoso de costumbres ajenas, que no pidiera documentos, no dijera “negativo” o “circulando” cada cinco minutos.

Me quedé también por si, en algún momento, pasada la confusión del agente bonaerense y su aparentemente buena predisposición inicial, tuviera que chapear (como si pudiera hacerlo) en mi condición de “profesor universitario” e “investigador del CONICET” (alguien sabrá lo que es?) para “certificar” que no estábamos en alguna fiesta de locos o por si fuera preciso dar mi “charla introductoria a la kimbanda en 5 minutos” . Nada de eso fue necesario. Los Exús llevaron al policía al salón de la fiesta, donde lo recibió y saludó el dueño de casa, le dieron un plato lleno de la comida de la fiesta que todos habíamos compartido hacia poco y luego un Exú –el más malandro de los presentes, seguro el que en vida más tiempo había compartido con(tra) la policía lo acompañó a la salida. En todo el tiempo que estuvo, el tipo no realizó ninguna admonición ni dijo una palabra acerca de “ruidos molestos” - motivo que seguramente lo había llevado alli una noche de miércoles a la una de la mañana- ni hizo otra cosa que mostrar (desconcertado y asombrado) respeto por la ceremonia y las entidades con las que hablaba.

En el improbable encuentro entre el guardián de las calles terrenales y sus hasta hace poco desconocidos pares espirituales, entre el celador del orden terrenal y los equilibradores del (des)orden espiritual, esta vez fue el policía quien más me sorprendió.

Fotos: Alejandro Frigerio. Prohibida su reproducción.

miércoles, 15 de julio de 2009

“El hielo limpia el corazón de los negros.."

El relato de un periodista sobre su relación con un joven refugiado nigeriano que llega a Buenos Aires De San Telmo al glaciar en Calafate y eventualmente al Borda, una historia increíble que parece inspirada en el realismo mágico latinoamericano pero que da cuenta de la realidad de una Buenos Aires cada vez más multicultural y pauperizada.
Se puede leer en el blog de Nengumbi Celestin que, por si no lo conocen, está muy bueno…


"A los 16 años, Djamel subió a un barco chino. La tripulación lo descubrió en alta mar, así que ya no había forma de devolverlo. Tenía cara de niño y se comunicaba en un inglés mezclado con parte de las 500 lenguas que se hablan en Nigeria, su país de origen. Un mes después desembarcó en Argentina, en el puerto de San Lorenzo. No está muy claro cómo llegó hasta Buenos Aires. Él dice que se tomó un taxi,pero otras versiones indican que algunos africanos que también venían de polizontes o la misma prefectura lo ayudó a viajar hasta la capital. Lo cierto es que apareció en San Telmo. Y que allí se quedó...."
El relato del periodista Sebastián Hache sigue en
http://nengumbicelestin.blogspot.com/2009/07/la-pesadilla-de-ser-refugiado-y-negro.html