sábado, 8 de marzo de 2008

Mujeres, Madres, Diosas



Mo júbà ènyin Ìyá mi Òsòròngá
o tònón èjè enun o tòokón èjè èdò!
Mo júbà ènyin Ìyá mi Òsòròngá
o tònón èjè enun, o tòokón èjè èdò!
Èjè ó ní kálè o!
Ò yíyè, yíyè, yèyé kò kò!
Ò yíyè, yíyè, yèyé kò kò!

El mundo parece haberse enterado que resulta oportuno saludar a la mujer -al género- todos los ochos de marzo. Nosotros, afrobrasileños de nacionalidad argentina, oriental o cualesquiera de las que captaron este modo de ver el mundo, las tenemos presente en la cotidianeidad de la comunidad-terreiro. Somos un pueblo acostumbrado a que además de dioses haya diosas. Y que esos dioses y diosas se manifiesten en nosotros, haciendo de nuestros cuerpos masculinos y femeninos sus altares. Día a día convivimos con la idea primordial expresada en los mitos y simbolizada en el ìgbà cósmico de que no podría existir un arriba sin un abajo, un blanco sin un negro, una derecha sin una izquierda. Somos, por naturaleza, un pueblo que se manifiesta en dualidades de todo tipo que comienzan desde la simple y prístina semilla. Herederos de esas aves que se acicalan en los bosques sus emplumados vestidos, nos bañamos en las sangres del renacer perpetuo y ordenamos nuestro plumaje diverso, comenzando por esa frente mirando al futuro donde colocamos un ìkòdíde de color rojo augural...
Nuestras mujeres no necesitan reivindicaciones de ningún tipo: ellas son, por antonomasia, reinas. Desde la más humilde ìyáwo que se prosterna doblemente cuidando su vientre en relación a la Tierra, hasta la más encumbrada ìyálòrìsà que empuña la navaja para cortar los hilos del tiempo corriente, son soberanas en nuestras comunidades. Son quienes dan verdadero sentido a nuestros mitos reactualizados, las que celebran su género, sus misterios y sus saberes en el corro externo donde invocan su poder y elevan la ofrenda hasta los tejados para que los pájaros puedan apreciar su bienvenida. Nosotros, los varones, tan sólo observamos y desde lejos, imbuídos del terror del macho hacia lo sagrado-peligroso, sacudimos los hombros para impedir que se posen en ellos los emisarios de la muerte que anuncian vida.
En este día y en todos, los afrobrasileños de cualquier país o color festejamos el estar vivos gracias a esa otra parte esencial de nuestra realidad cósmica, la saludamos en presente y en futuro, porque de ella depende el tiempo como valor sagrado.
Hijas, hermanas, amigas, que vuestro día sea siempre en la conciencia de vosotras mismas y en la adoración de nuestras divinidades femeninas.
Àse,
Òséfúnmi
Pocos sacerdotes afro-umbandistas (pocos sacerdotes) consiguen expresar la belleza, la poesía y la complejidad de la cosmovisión de su religión como el babá Milton Acosta de Xangô, Òséfúnmi, de Montevideo. Ya lo leyeron, y espero lo sigan haciendo, en este blog...

Candombe de las mujeres

La Melaza candombe por mujeres

Coro Afrogama
No creo mucho en los "días de", pero supongo que serán necesarios para mantener memorias, identidades, emociones (en realidad, lo que no me gusta son los cada vez mayores esfuerzos de los medios, shoppings y las grandes tiendas por digitar qué, cuándo y cómo deberíamos festejar).
Hoy me encontré con este texto de la mae Susana de Oxum de Montevideo (al medio, en la foto), una incansable luchadora por los derechos de los afro-umbandistas, desde una fuerte perspectiva de género y raza..
Y una magnífica escritora.
HOY DESFILAMOS PARA VOS, MUJER
Susana Andrade de Oxum

Llevada por el impulso natural de los inquietos mentales y enfrentando un cotidiano contrario a concederme tiempo alguno, tal vez por reinar Xangó el santo letrado, decidí este año retomar mis estudios y heme aquí en quinto de Abogacía en la Facultad de Derecho de la Universidad de la República Oriental del Uruguay.
Deliciosa sensación pisar nuevamente tal cuna de genios y villanos; monumento a los sueños de un país que resiste ser relegado a tercer mundo al menos en sus fueros académicos.
Una catedrática de turno, Jueza integrante del Poder Judicial en materia laboral, preguntó en clase quiénes trabajaban y quiénes se sentían desocupados. Sin responder, quedé pensando en mis muchas responsabilidades familiares y sociales al comprobar que ninguna tenía contraprestación regida por relaciones de trabajo legal, dejando fuera remuneraciones de índole no económica existentes para las y los poliocupados sin sueldo.
Entre los acontecimientos que dan origen a la conmemoración 8 de marzo Día Internacional de la Mujer, el más recordado refiere a 1908 en Estados Unidos, cuando murieron calcinadas 146 mujeres trabajadoras de la textil Cotton de Nueva York mientras ocupaban la fábrica, en incendio provocado por las bombas lanzadas ante la negativa de abandonar el encierro en el que protestaban por los bajos salarios y las infames condiciones de trabajo que padecían por el hecho de pertenecer al sexo femenino.
Esta breve nota quiere ser un homenaje a nosotras, mujeres casi siempre plurifuncionales sea cual sea nuestra ocupación principal.
Un cálido abrazo entonces y beso en las mejillas a las legisladoras de todos los partidos, a las prostitutas de todas las esquinas y burdeles, a las amas de casa y especialmente a las jefas de familia, a las madres que tuvieron hijos en la panza o a las que decidieron dar amor y cuidados a un niño, a las doncellas, a las casadas, a las adúlteras y a las que fornican, a las doctoras en medicina, en leyes o en lo que sea, a las analfabetas, a las mujeres del mundo entero sin importar el idioma que hablen o el color de su piel, a las monjas y a las maes de santo y también a las ateas, a las que tienen discapacidades y a las poseedoras de almas privilegiados sin importar el físico, a las hermosísimas vedettes y modelos, a las desprolijas, gordas o que se sientan feas o diferentes, a las lesbianas y a las heterosexuales, a las maestras y profesoras, a las hurgadoras, a las ancianas y a las niñas, a las solteras, a las solteronas, a las viudas y a las divorciadas, a las artistas y a las cultoras del arte de vivir que somos todas.
Es al espíritu mujeril batallador y amante a quien saludo con el corazón y siete salves.
Para ellas desfilaremos este sábado 8 de marzo alrededor de las seis de la tarde desde la explanada municipal hasta la Plaza Libertad casi cien mujeres tocando tambores de candombe y bailando al son de la igualdad social.