domingo, 30 de marzo de 2008

La revista Vogue es racista?


Salió en el diario Crítica de hoy:
"El mes pasado, Vogue había anunciado con orgullo que, por primera vez, un negro sería la tapa. Ahora que el público vio que Le Bron James, estrella de la NBA, fue retratado para la edición de abril como una máquina salvaje al estilo King Kong con la frágil modelo Gisele Bündchen en sus brazos, cual Fay Wray, se desató la polémica. Estereotipo del negro primitivo, provocación para generar más ventas, la mujer como hembra objeto. Todos estos ítems aparecieron en la discusión mediática acerca de cuán adecuada era la tapa de Vogue, que en 100 años, sólo publicó a tres hombres en ella: Richard Gere, George Clooney y ahora el jugador de Cleveland Cavaliers, capturado por la lente de la famosa fotógrafa Annie Leibovitz. En tanto, Patrick O’Connell, vocero de Vogue, no mostró urgencia por dar explicaciones: “Consideramos que Lebron James y Gisele Bundchen se ven divinos juntos y nos sentimos honrados de tenerlos en la tapa”. Le Bron tampocó se mostró agredido por la comparación simiesca. “Sólo quise transmitir un poco de emoción con el gesto. Además, todo lo que hago lo comentan, para bien o para mal. ¿A quién le importa lo que dicen?”, resumió."
Si uno compara la tapa con el afiche de la película de King Kong las similitudes saltan a la vista.

Hacer una tapa polémica sin duda fue uno de los objetivos de la revista, ya que de lo contrario podrían haber utilizado otra foto, como ésta que sale en el artículo:
Más, tranquila, sin duda más "políticamente correcta". Pero quizás no tan vendedora... (Nota posterior: ahora que reveo la foto, pienso que también se podría preguntar: por qué ella está mas arriba suyo, apoyandose en él? fragilidad femenina? superioridad blanca? Tambíén, por qué él está en ropa de deportes ,siempre, y ella con vestidos largos? La bella y la bestia? Al final, la única manera de estar más o menos seguros sobre qué tan prejuiciosas y estereotipantes son las fotos sería hacer una comparación con fotos de deportistas blancos, y ver cómo los retratan a ellos, cómo y con qué mujeres... de lo contrario los estereotipos sobre los deportistas támbién podrían estar entrando en la ecuación..)

Pero no es la única vez, sin embargo. Una tapa anterior de la revista también mostraba una imagen fuertemente estereotípica, en este caso de una mujer negra. La protagonista es Jennifer Hudson, cantante, una de las finalistas de la tercera temporada de American Idol, reciente ganadora de un Oscar por mejor actriz secundaria ("Dreamgirls"). Es la tercera mujer negra en aparecer en la tapa de la revista (antes salieron Oprah y Hale Berry). Los críticos se preguntan: tenía que salir con la boca abierta? mostrando el escote?

Para un país como el nuestro, poco acostumbrado a la "corrección política", las tapas pueden no parecer demasiado racistas. Pero sin duda evocan, juegan con, perpetúan, imágenes antiguas de negros/as simiescos/as fuertemente sexuados/as.

viernes, 28 de marzo de 2008

Curso de Posgrado - Raza, Cultura, Nación

Seminario de Maestría
“Raza, Cultura y Nación en América Latina”
A cargo del Dr. Alejandro Frigerio

Maestría en Antropologia Social de FLACSO (Buenos Aires) - Abierto a alumnos de otros posgrados
El curso brindará un panorama introductorio al estudio de la relaciónentre raza, cultura y la construcción de la nación en diversos países deLatinoamérica, con especial énfasis en el MERCOSUR.
Reivindicará la importancia de la noción de raza para el análisis de la realidad socialargentina contemporánea, a despecho de narrativas dominantes de la naciónque la construyen como una sociedad blanca, homogénea y europea. Tendrátres ejes de discusión dominantes:
1) el lugar asignado a la raza en laconstrucción de la nación;
2) la producción actual y pasada de culturanegra, su constitución en un ítem más de la cultura juvenil y lasconflictivas construcciones identitarias que a partir de allí se producenen un contexto de globalización y transnacionalización
3) los procesos de racialización y etnicización de las poblaciones de origen africano endiversos contextos nacionales, los cambios causados por modificacionesrecientes en los ordenes juridicos nacionales y el desarrollo demovimientos sociales negros transnacionales.

Día de cursada: MARTES DE 18 A 21 HORAS
Inicio de clases: martes 01 de abril.
Cantidad de encuentros: 10 (diez) - 30 horas cátedra
Seminario optativo del 2º año de Maestría
Alumnos y ex alumnos de la Diplomatura en Antropología Social no abonan matricula.

Para formalizar la inscripción, se debe completar el formulario de admisión en la siguiente dirección:
http://www.flacso.org.ar/formacion_posgrados_contenidos.php?ID=178&I=2

Sabato Afro

La movida afro porteña sigue ganando espacios. En este caso, gracias al esfuerzo y a los buenos oficios de Cecilia Benavidez y el grupo entusiasta de alumnas que la acompaña. Habrá clases y muestras de percusión y danza, stands de luthiers y movimientos culturales. Bajo el influjo cultural afro ya cayeron el Centro Cultural Ricardo Rojas (pionero en su difusión), el Centro Cultural Paco Urondo de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, el Centro Cultural Borges, y ahora el Sabato, de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Vamos todavía!....

jueves, 27 de marzo de 2008

Menúes Colonialistas

En un vuelo a París el año pasado las azafatas de Air France repartían estas postales con el menú que iba a ser servido. Me llamó la atención la referencia a Africa en una aerolínea francesa y sin duda a una época en la cual varios países africanos todavía eran sus colonias. Esta inesperada irrupción de un supérstite imaginario colonialista me pareció poco "políticamente correcta" para una gran empresa -aunque sin duda la corrección política francesa no es igual a la norteamericana-. También que continuaran utilizando imágenes tan estereotípicas como la manada de elefantes.. Pero este menú no es la única muestra de los imaginarios colonialistas.
En París son muy comunes las imágenes de Banania, una especie de quaker francés, en venta en los negocios de afiches y postales (otro día volveré sobre este personaje....).

En una estación de subte tuve la (desagradable) sorpresa de encontrarme con una vitrina llena de imáegenes de cerámica de africanos mezclados de manera algo incomprensible con otras de monos antropomorfizados (?)
Estas imágenes estereotípicas antiguas se mezclan con o sobreviven a pesar de (o quizás debido a) la enorme cantidad de africanos (de las ex-colonias) que uno encuentra actualmente en París. Al tomar el tren que va del aeropuerto a la ciudad (el RER) me subí sin querer al lento en vez del expreso . Esto significó un viaje más largo, ya que paraba en todas las estaciones, pero fue muy interesante ver cómo el noventa por ciento o más de los pasajeros que circulaban entre las estaciones de los suburbios del norte de París eran todos africanos. Había una señora francesa de edad que desentonaba absolutamente con el resto del pasaje. La segregación espacial que hay en la ciudad se nota, sin embargo, en el hecho de que entrando en París ya casi no había africanos en el tren, y luego tampoco se ven demasiados en las estaciones de subte de la ciudad.
Salvo que uno vaya el domingo a la tarde a la estación Chateau Rouge, y camine por el barrio Barbés. Atrás de la avenida principal hay una calle que tiene varias tiendas que venden productos africanos de los más diversos: desde cucharas de madera muy rústicas y otros implementos de cocina del mismo tipo hasta cassettes o videos de música africana -casi nada de cds o dvds-. Todo muy para inmigrantes, debo advertir, nada para turistas en busca de memorabilia africana. También hay muchos negocios de artículos religiosos musulmanes que venden el Corán y conferencias grabadas de doctrina y teología dictadas, supongo, por conocidos Imanes. Otros venden telas de las que utilizan las mujeres africanas para sus vestidos, que en realidad están estampadas en Holanda y ahora son vendidas mayormente por inmigrantes árabes. Fue interesante ver, para alguien acostumbrado a representaciones brasileras de la africanidad, lo poco africano que parecían los diseños de las telas. Nada de buzios, por ejemplo, omnipresentes en las ropas "africanas" que se hacen o venden en Brasil. Sin duda, distintas marcas de africanidad.Vi otras marcas africanas en la ciudad (de las muchas que debe haber): un puesto de máscaras y tallas africanas bellísimas en una feria barrial en medio del Quartier Latin, muchos cds y dvds de música africana en todas las grandes tiendas de discos (qué envidia!) y el rico acervo antropológico del musée du Quai Branly, el nuevo y espectacular museo de antropología de la ciudad, cerca de la torre Eiffel. Es interesante, a la luz de esta pequeña experiencia parisina, ver cómo nuestro Abasto también se está, poco a poco, africanizando. Pero los inmigrantes que allí se ven son todos hombres solos y casi no usan ropas africanas -como muchos de los parisinos. Supongo que ni ellos se animan a enfrentar estas máquinas licuadoras de etnicidad que son la burla y la ironía porteñas...

martes, 25 de marzo de 2008

La danza afro invade la Plaza (I) - Marcha del 24/3/2008

Por cuarto año consecutivo, las Oduduwas y el centenar de bailarinas afro que las acompañaron (algunos bailarines) mostraron que con la danza de orixás se puede hacer protesta social. Como en otras oportunidades, con sus danzas simbolicas pidieron justicia, paz, restitución espiritual y social. Esta vez llegaron hasta el medio de la Plaza, y pasearon a los orixás frente al Cabildo, la Catedral, la Pirámide de Mayo. Todos ellos locus de la nacionalidad que, quizás, se esté volviendo mas multicultural.




La danza afro invade la Plaza (II) - Marcha del 24/3/2008





domingo, 23 de marzo de 2008

Construyendo la blanquedad argentina

La revista Genios se especializa en este tipo de tapas. Al verla, es inevitalbe pensar "somos todos blanquitos de clase media en Argentina" (aún cuando, o sobre todo, estén hablando de las distintas regiones del país). El mensaje también podría ser "acompañen a los chicos blancos de clase media en su recorrido por todo el país" o, probablemente, "sólo los chicos blancos de clase media compran esta revista y entonces sólo ellos pueden aparecer en tapa".
Nunca aparece un chico morocho en tapa o representando a alguna región argentina. O se cayeron de la nacionalidad o no es necesario incluirlos porque no son el target de la revista.
Las imágenes dominantes de la nación y los prejuicios que las acompañan se aprenden desde muy chiquitos. Y los medios de comunicación tienen un rol fundamental en su construcción y transmisión. Esta es sólo una tapa, pero no es de ninguna manera una excepción sino la norma.

sábado, 22 de marzo de 2008

Semana Santa

Semana de la religión cristiana
Por Mae Susana Andrade de Oxum

La vida y martirio hasta la muerte de Jesucristo determinaron la creación de feriados mundiales de raíces espirituales como Semana Santa y Navidad.
Sólo por curiosidad me pregunto: ¿Qué celebraciones sagradas tendrían nuestros aborígenes? ¿Cuáles serían los festejos rituales seguidos periódicamente por la población nativa traída del África esclavizada durante la depredación de América?
Navidad no es ni más ni menos que el cumpleaños de un líder religioso. Y allá vamos todos. Las estructuras son poderosas además de arbitrarias y discrepar con ellas suele ser visto como subversivo.
Semana Santa y Pascuas son móviles pues varían de acuerdo al año litúrgico católico. Se superpusieron a fiestas del imperio romano denominadas “paganas” por los cristianos, justamente para que se olvidaran las primeras como forma de dominación.
El 25 de diciembre es fecha política impuesta para desterrar el festejo de Mitra, dios de la justicia indoiraní del mitraísmo una de las religiones antiguas más populares.
Es de reconocer la fuerza de la gesta de Cristo como para transformarse en realidad mundial. Por lo mismo es más difícil cambiar la óptica y mirar unos instantes desde el perfil de los relegados, de las minorías con derecho a preservar sus peculiaridades. Así los africanistas se han visto forzados a recordar sus Orixás en fechas de santos católicos para que les fuera permitido hacerlo.
Invito a pensar desde “el otro” despojado de sus celebraciones naturales y obligado a soportar que se prioricen costumbres ajenas, a la vez que se menospreciaban históricamente sus prácticas culturales. Se nos dirá “hagan lo mismo” ¿Ah si? Intentemos en Uruguay basar una jornada de descanso público el día de Yemanjá, por ejemplo. Dirían, “Si vamos a guardar feriados por todas las religiones no se trabajaría en todo el año!” O algo como “No, no. Ya hay muchos asuetos y no se pueden cambiar.” He ahí el problema: ¡Nada cambia! Los que mandan y dirigen siguen mandando y los que obedecen son siempre los mismos. Hay corrimientos y reajustes no más allá de caducos puntos de referencia garantizando la perpetuidad de la exclusión social.
Al menos como expresión cultural de una población, la espiritualidad afroindígena que vivió y vive en nuestro suelo debe ser conocida y para ello es necesario relevarla y fortalecerla en sus emblemas. Es justo darle un lugar digno a las etnias endémicamente invisibilizadas y sus manifestaciones sagradas. No caridad o pantallas para quedar bien o cuidar las apariencias, sino verdaderos espacios en igualdad de condiciones que permitan desarrollar idiosincrasias autóctonas. Bien por la música de los demás pero estamos cansados de bailar sones extraños. Tenemos nuestro propio ritmo y vaya si es cadencioso.
Ese universo, inexplicable desde la razón igual que otras convicciones míticas, cree en diferentes espíritus sublimes y tiene su particular visión sobre las energías incorpóreas. Sostén de naciones el idioma y la fe son elementos esenciales a la hora de conservar patrimonios de la humanidad.
Hay avidez intelectual y solidaria por conocer la cultura religiosa de los pueblos originarios de la llamada América. Prueba de ello fue la visita de los embajadores de Israel y Canadá, hecho que sorprendió a la propia comitiva oficial, al acto en honor a Yemanjá el pasado 2 de febrero promovido por la Junta Departamental y la Intendencia de Montevideo.
No importa cómo la llamemos, Semana Santa (Semana del Turismo en Uruguay) es un feriado que tiene orígenes religiosos cristianos igual que la Navidad, y ello puede ser injusto para los que tienen otras creencias o son ateos.

Cristo negro y Cristo indígena por Melanie G. Twelves. Tomados de http://www.twelvesimages.com/

Graffitis de Orixás - Salvador, septiembre de 2006

Xangó, Iansá,Ogum, Omolú,Oxalá, Oxossi, Oxum, Exú, Iemanjá
En una ciudad donde la modernidad continuamente se encuentra con la tradición, era de esperar que el graffiti se encontrara, finalmente, con los orixás. Una antigua forma religiosa afrobrasilera ilustrada de acuerdo con la técnica de la más contemporánea forma artística afroamericana -supongo que a Carybé le hubiera gustado, y se hubiera sentido acompañado-. No hay muchas ciudades del mundo donde esto pueda suceder. Quizás La Habana, o también ya Nueva York o San Francisco, ciudades todas donde la Santería cubana ha plantado sus reales y donde también se encuentra la cultura hip hop.

Exú concientizado
Los graffitis son, desgraciadamente, una forma de arte efímera, y estos ya no se encuentran. Casi todos estaban frente al elevador Lacerda, en un edificio antiguo que hace mucho está en reconstrucción (o por derrumbarse).

Exú

Este año (o quizás antes) habían sido reemplazados por unos de capoeira - el tema de este carnaval. Los graffiteros parecían contar con una subvención de la intendencia o algo parecido ya que había varios de ellos pintando esta temática en la ciudad. Pintaban sin prisa, algunos copiando de papeles en que tenían versiones menores o preliminares del dibujo que luego harían con el aerosol. Su actitud no parecía la de cultores de un arte clandestino. No me imaginaba a grafitteros en Sao Paulo o en Nueva York pintando con esta despreocupación por el tiempo y la policía.

Iemanjá

Quizás sobreviva todavía el Exú “Poder para o Povo Preto!” que estaba en la avenida Sete de Setembro justo antes de llegar a la plaza Castro Alves y que sí parece haber sido pintado por un artista espontáneo. O quizás no, hace rato ya que en Bahía una buena parte de la espontaneidad está planificada y subvencionada. Parte no, es la tradición que sigue en piloto automático (Filhos de Gandhy, por ejemplo, tema que trataré pronto).

Iansá

PD: Efectivamente, la ciudad de Salvador tiene un programa que subvenciona graffiteros. Desde marzo de 2005 el Projeto Salvador Graffita paga salarios a 43 artistas para que decoren las paredes de Bahía.

Mas información (en inglés) en http://www.lasamericasfilms.org/Graffiti/Memorandum-2.pdf



miércoles, 19 de marzo de 2008

Bastón de candombe?

Ya que estamos con el libro de Schavelzon, dos perlitas (pagina 250). Dice:
Un posible "bastón serpenteante" usado por el bastonero del candombe; puede verse la extraña manija que permite girarlo en el aire sin perderlo y el rostro tallado.

Resulta díficil ver esa cabeza en el bastón y no acordarse de los bastones cortos de danza (usados por los médiums en trance) o las estatuillas de Eshú de los yorubás de Nigeria. El peinado alargado hacia atrás remite a la cualidad fálica de Eshú, y denotan su dominio o encarnación de la dinámica. El hecho de que una cabeza salga de otra (como en el bastón y la figura abajo) denotan el ser espiritual que convive con-puede incorporar a , un médium.

Puras especulaciones, claro...




Buenos Aires Negra - libro online

Bien por Schavelzon....

domingo, 16 de marzo de 2008

Evita Afro (II)

Si no leyó el diario Crítica de hoy, la vio primero en AfroAmericanas.

Ëbano - de Ryszard Kapuscinski

No es barato (80 $) ni se consigue fácil. Es algo estereotipante ("los africanos" son así, "los europeos" son asá....) pero atrapa y brinda una interesante puerta de acceso a la realidad africana -o al menos, a la percepción europea de ésta....
africa > cronica de un viaje en bus de accra a ghana
Camino a Kumasi
Considerado uno de los grandes reporteros del siglo XX, el polaco Ryszard Kapuscinski recorrió el continente africano durante años. De su libro Ebano, un fragmento sobre un viaje por el interior de Ghana.
Por Ryszard Kapuscinski *

¿A qué se parece la estación de autobuses de Accra? Pues recuerda al campamento de un gran circo que se ha detenido en su camino para una breve parada y fonda. Hay mucho colorido y suena la música. Los autobuses se asemejan más a los carromatos de un circo que a los lujosos Chausson que recorren las autopistas de Europa y Norteamérica.
Los de Accra son una especie de camiones con carrocería de madera que cubre un techo apoyado sobre unos palos. Gracias a que no hay paredes, durante el trayecto nos refresca una corriente de aire salvadora. En este clima, las corrientes de aire son un valor muy buscado. Si queremos alquilar un piso, la primera pregunta que formularemos al dueño será: “¿Corre aquí el aire?”. El, en respuesta, abrirá las ventanas de par en par y nos veremos recorridos por una benévola corriente de aire en movimiento: tomamos una buena bocanada, experimentamos un gran alivio y sentimos que la vida vuelve a nosotros.
En el Sahara, los palacios de los poderosos están construidos del modo más rebuscado: aparecen llenos de aberturas, rendijas, recodos y pasillos, pensados de manera que permitan la mayor circulación de aire posible. Al calor de justicia que hace al mediodía, el poderoso de turno permanece echado sobre una estera, colocada estratégicamente junto a uno de esos reanimantes intersticios, y se deleita respirando el aire que en este lugar resulta un poco más fresco. La corriente se traduce en términos económicos: las casas más caras se levantan allí donde el aire circula más. Cuando se mantiene inmóvil, el aire no tiene valor, pero basta que se mueva para que el precio se dispare.
Los autobuses, llenos de dibujos abigarrados, están pintados de colores vivos, llamativos, hasta chillones. Las cabinas de los conductores y los laterales lucen cocodrilos blandiendo dientes afilados, serpientes arqueadas preparándose para atacar, manadas de zambos saltando de árbol en árbol, antílopes huyendo al galope por la sabana de unos leones que las persiguen... Y, por todas partes, pájaros, un montón de pájaros, y cadenas y ramos de flores... En definitiva, un gran kitsch, pero cuán lleno de vida y de fantasía.
Sin embargo, lo más importante son las inscripciones. De gran tamaño y adornadas con guirnaldas de flores, se ven desde lejos, pues su misión es la de alentar o advertir. Hablan de Dios y los hombres, de deberes y prohibiciones. (...)
Basta con aparecer en la plaza en que se amontonan decenas de autobuses para que nos rodee un enjambre de niños, gritando a cual más fuerte, la pregunta de adónde queremos ir: ¿a Kumasi, a Takoradi o a Tamale?
–A Kumasi.
Los que pescan a los pasajeros que van a Kumasi nos dan la mano y, saltando de alegría, nos conducen al autobús adecuado. Están contentos porque, por el hecho de haber encontrado pasajeros, recibirán del conductor una naranja o un plátano.
Nos subimos al autobús y ocupamos los asientos. En este momento puede producirse una colisión entre dos culturas, un choque, un conflicto. Esto sucederá si el pasajero es un forastero que no conoce Africa. Alguien así empezará a removerse en el asiento, a mirar en todas direcciones y a preguntar: “¿Cuándo arrancará el autobús?” “¿Cómo que cuándo?”, le contestará, asombrado, el conductor, “cuando se reúna tanta gente que lo llene del todo”.

El tiempo
El europeo y el africano tienen un sentido del tiempo completamente diferente; lo perciben de maneras dispares y sus actitudes también son distintas. Los europeos están convencidos de que el tiempo funciona independientemente del hombre, de que su existencia es objetiva, en cierto modo exterior, que se halla fuera de nosotros y que sus parámetros son medibles y lineales. Según Newton, el tiempo es absoluto: “Absoluto, real y matemático, el tiempo transcurre por sí mismo y, gracias a su naturaleza, transcurre uniforme; y no en función de alguna cosa exterior”. El europeo se siente como su siervo, depende de él, es su súbdito. Para existir y funcionar, tiene que observar todas sus férreas e inexorables leyes, sus encorsetados principios y reglas. Tiene que respetar plazos, fechas, días y horas. Se mueve dentro de los engranajes del tiempo; no puede existir fuera de ellos. Y ellos le imponen su rigor, sus normas y exigencias. Entre el hombre y el tiempo se produce un conflicto insalvable, conflicto que siempre acaba con la derrota del hombre: el tiempo lo aniquila.
Los hombres del lugar, los africanos, perciben el tiempo de manera bien diferente. Para ellos, el tiempo es una categoría mucho más holgada, abierta, elástica y subjetiva. Es el hombre el que influye sobre la horma del tiempo, sobre su ritmo y su transcurso (por supuesto, sólo aquel que obra con el visto bueno de los antepasados y los dioses). El tiempo, incluso, es algo que el hombre puede crear, pues, por ejemplo, la existencia del tiempo se manifiesta a través de los acontecimientos, y el hecho de que un acontecimiento se produzca o no, no depende sino del hombre. Si dos ejércitos no libran batalla, ésta no habrá tenido lugar (es decir, el tiempo habrá dejado de manifestar su presencia, no habrá existido).
El tiempo aparece como consecuencia de nuestros actos y desaparece si lo ignoramos o dejamos de importunarlo. Es una materia que bajo nuestra influencia siempre puede resucitar, pero que se sumirá en estado de hibernación, e incluso en la nada, si no le prestamos nuestra energía. El tiempo es una realidad pasiva y, sobre todo, dependiente del hombre.
Todo lo contrario de la manera de pensar europea.
Traducido a la práctica, eso significa que si vamos a una aldea donde por la tarde debía celebrarse una reunión y allí no hay nadie, no tiene sentido la pregunta: “¿Cuándo se celebrará la reunión?” La respuesta se conoce de antemano: “Cuando acuda la gente”.
De modo que el africano que sube a un autobús nunca pregunta cuándo arrancará, sino que entra, se acomoda en un asiento libre y se sume en el estado en que pasa gran parte de su vida: en el estado de inerte espera.
–¡Esta gente tiene una capacidad extraordinaria de espera! –me dijo en una ocasión un inglés que llevaba mucho tiempo viviendo aquí–. Capacidad, aguante, ¡es un sexto o séptimo sentido!
En alguna parte del mundo fluye y circula una energía misteriosa, la cual, si viene a buscarnos, si nos llena, nos dará la fuerza para poner en marcha el tiempo: entonces algo empezará a ocurrir. Sin embargo, mientras una cosa así no se produzca, hay que esperar; cualquier otro comportamiento será una ilusión o una quijotada.

La espera
¿En qué consiste esa inerte espera? Las personas entran en este estado conscientes de lo que va a ocurrir; por lo tanto, intentan elegir el mejor lugar y aposentarse lo más cómodamente posible. A veces unas se tumban, otras se sientan en el suelo o en una piedra, o se ponen en cuclillas. Dejan de hablar. El grupo de personas en estado de inerte espera es mudo. No emite ninguna voz, permanece en silencio. Los músculos se distienden. La silueta se vuelve lacia, se desmaya y encoge. El cuello se queda rígido y la cabeza deja de moverse. La persona no mira, no intenta divisar nada, no se muestra curiosa. A veces tiene los ojos entornados, pero no siempre. Los ojos, por lo general, están abiertos pero con la mirada ausente, sin brizna de vida. Puesto que he pasado horas observando multitudes enteras en estado de inerte espera, puedo afirmar que se sumen en una especie de profundo sueño fisiológico: no comen, no beben, no orinan. No reaccionan a un sol que abrasa sin piedad ni a las moscas, voraces y pesadas, que las asedian y se posan sobre sus labios y párpados.
¿Qué debe de pasar entonces por sus cabezas?
Lo ignoro, no tengo la menor idea. ¿Piensan o no? ¿Sueñan? ¿Recuerdan cosas? ¿Hacen planes? ¿Meditan? ¿Permanecen en el más allá? Difícil de decir.
Al final, después de dos horas de espera, el autobús, repleto, sale de la estación. En el camino, lleno de baches, los pasajeros, sacudidos, despiertan a la vida. Alguien se pone a buscar un bizcocho, otro pela un plátano. Todos empiezan a mirar a su alrededor, se secan las caras empapadas y doblan cuidadosamente los pañuelos húmedos. El conductor no para de hablar; tiene una mano puesta sobre el volante y usa la otra para gesticular. A cada momento, todos estallaban en carcajadas; él, en las más fuertes; otros, en risas menos sonoras. A lo mejor, ¿quién sabe?, sólo lo hacen por educación, porque así lo mandan los buenos modales.
Estamos en pleno viaje a bordo de nuestro autobús. Los que van conmigo sólo pertenecen a la segunda, cuando no primera, generación de afortunados que viajan en un medio de transporte rodado. Durante miles y miles de años Africa anduvo a pie. La gente de aquí no tenía noción de la rueda, ni tan siquiera conseguía hacerse a tal idea. Hombres y mujeres iban a pie, se desplazaban caminando y todo lo que tenían que llevar lo llevaban en la espalda, en los brazos y, las más de las veces, sobre las cabezas.
¿Que de dónde han salido los barcos que se ven en los lagos, en el interior del continente? Del océano: los desmontaban en los puertos marítimos, transportaban las piezas sobre las cabezas y las montaban en las orillas de los lagos. Se han transportado al interior de Africa, por piezas, ciudades, fábricas, maquinaria para minas, plantas eléctricas y hospitales. Toda la civilización técnica del siglo XIX fue llevada al interior de Africa sobre las cabezas de sus habitantes. (...)

* Fragmento del libro Ebano, de R. Kapuscinski. Editorial Anagrama, 2004.

Tomado de http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/turismo/9-1226-2008-01-27.html

Primitivismo

Está muy lindo el aviso. Pero a no engañarse, las magníficas estatuillas (serán Senufo, de Costa de Marfil?) no son milenarias. No soy un experto en arte africano, pero supongo que como mucho tendrán la misma edad que la marca de relojes.
No olvidemos que la cultura africana, como todas, evoluciona, cambia, se desarrolla. No debemos caer en el primitivismo (aunque con signo positivo) tan en boga últimamente, en boca de bailarinas, percusionistas, practicantes de formas de la cultura afro-americana. No son éstas, de ninguna manera, artes "primitivas". Las religiones como las conocemos probablemente se formaron recién en la segunda mitad del siglo XIX, las danzas lo mismo, y la percusión sin duda también cambió a lo largo del tiempo. Resulta algo enervante escuchar a los profesores/as contar cómo uno se pone en contacto con alguna parte "primitiva" de su yo o de la cultura practicando artes de origen africano. Eso es sólo perpetuar los estereotipos, aún cuando apreciemos esta supuesta "primitividad". (Tema importante al que volveremos ya que merece ser discutido con mayor profundidad.... )

sábado, 15 de marzo de 2008

Evita Afro(brasilera)

Para estar a tono con la cada vez mayor reafricanización de Buenos Aires, ahora parece que también vamos a tener una Evita negra! (morena, afro-descendiente, afroamericana, afrobrasilera?).
A no perderse las críticas de la obra, que seguro van a dar para interesantes análisis acerca de estereotipos, construcciones de la nación, de alteridades, etc. Falta poco. Están avisados/as.
(Recuerdo que Anamá siempre se quejaba de que era la brasilera más conocida de Argentina (que vivía en Argentina) pero que no la invitaban a las fiestas en la embajada brasilera. Es bien probable, porque como me dijo una vez un estudioso americano, "Itamaraty (el palacio de la cancillería brasilera) es el último refugio del hombre blanco brasilero". Eso parece haber comenzado a cambiar. Hace poco nos visitó Joel Rufino dos Santos, un escritor negro brasilero, ex-director de la Fundación Palmares y en la recepción que se le brindó en la embajada había muchos afro/brasileros-argentinos-africanos y parece que podemos esperar mas actividades centradas en la cultura afrobrasilera y la situación de las relaciones raciales para este año. Un buen cambio del gobierno de Lula.)

martes, 11 de marzo de 2008

Ilê Aiyê - Noite da Beleza Negra 2008 (I)

El 12 de enero tuve la suerte de ver, por la tercera vez, o quizás la cuarta, la elección de la Beleza Negra de Ilê Aiyê. Como siempre, fue una experiencia muy intensa, sin duda uno de los "grandes momentos en Afroamérica". Pero sobre todo fue una placer y un alivio comprobar que, en un momento en que varios de los blocos afro han cambiado –para mal-, Ilê mantiene el rumbo, quizás con alguna innovación pero siempre dentro de una tradición cultural especifica.
Ilê Aiyê mantiene sus banderas ideológicas y sobre todo, estéticas (que en este caso es lo mismo, o quizás siempre lo sea pero no lo percibimos). Las letras siguen siendo muy afrocéntricas, concientizadas y pedagógicas. La batida de la batería sigue cercana al toque de samba reggae, algo que me parece muy importante porque eso todavía permite que las bailarinas (y algunos bailarines) se luzcan en la danza típica de los blocos afro –una danza que cada vez se ve menos. En comparación con Ilé, da algo de pena y temor ver que otras agrupaciones famosas han diluido tanto la letra de sus canciones que dicen poco acerca de la situación actual del negro en Brasil, adaptándose al mensaje optimista y alegre del carnaval.
No tengo nada contra una buena estúpida letra de carnaval. Me recuerdo, hace muchos años, saltando como poseso al ritmo de “ Eu tinha uma galinha/ Que se chamava Marylou/ Um dia fiquei com fome /E papei a Marylou/ Marylou! /Marylou!/ Tinha cara de babaca Marylou! /Marylou!/ Botava ovo pela cloaca...” Y pensando que sí, que de eso se trataba la felicidad, cantar una letra tonta y popularizada y saltar como loco. En realidad era un Festival de Verao, y el grupo era Ultraje a Rigor, pero en ese carnaval esa canción estuvo muy de moda (antes de que el axé y luego el pagode lo invadiera todo). Me recuerdo también cantando, como todos los bahianos, a comienzos de los 80s “Nega do cabelo duro, que nao gosta de pentear, quando pasa na Baixa do Tubo o negao comeca a mirar…”, etc. Por más que la letra - que hizo famoso a Luiz Caldas y que preanunció el boom de la axé music- me pareciera algo racista , pero era la que estourou el carnaval y que todos cantábamos en fiestas de largo, en cuanto aparecía un trío o en los días de carnaval.
Pero de un bloco afro, uno espera otra cosa. Y especialmente de determinados blocos afro. Cuando Alaketu, por ejemplo, se “tri-electrizó” (mezcló su batida y sus tambores con la música de los tríos eléctricos), bueno, era interesante, por qué no un grupo que hiciera, digamos, cross-over?. Ahora cuando ya no hubo diferencia entre el bloco afro Alaketu y los tríos eléctricos, ahí ya más que cross-over sonaba a vendida.
Y cuando Olodum, comenzó a cantar: “Olodum tá rock(i), Olodum tá pop(i), Olodum tá bom demais…” y cosas así, que no decían nada de nada, y era porque el Peló se veía invadido los martes de gente que antes nunca hubiera pisado el Pelourinho porque le daba miedo el lugar y tanto negro junto, bueno, también empezó a sonar como vendida . Y cuando los tambores de Olodum se empezaron a caracterizar más por los malabarismos que hacían con ellos que por cómo sonaban, bueno, la preocupación crecía…. (Recuerdo un ensayo de Olodum, cuando tenían la quadra de ensayos en el viejo Pelourinho, en una de las calles que bajaban hacia la Baixa dos Zapateiros, la primera o la segunda después de Gandhy, era 1982 o 1983, y los únicos blancos en ese ensayo éramos una antropóloga francesa que hizo la primer tesis de doctorado sobre Olodum, su novio norteamericano (uno de los primeros yanquis que aprendió capoeira) y yo, que había ido llevado por un amigo que vivía en el Peló. Y mi amigo me dijo, cuando después de cierta hora vean que la gente empieza a hablar mas alto, a discutir, etc mejor irse. Y sí, después de las tres o algo así había que irse porque empezaban los tiros…).

Ilê Aiyê - Noite da Beleza Negra 2008 (II)

Pero volviendo a Ilê: Ilê no comprometió ni vendió la letra, ni la batida de los tambores, ni el baile afro. Es hora de ver que hay dominación que se expresa a través de la música y de los movimientos, no sólo a través de/en los discursos. Cuando una batida de un bloco afro se asemeja a la música de los tríos eléctricos –para hacerla más asequible al gusto popular, para ganar otro tipo de audiencia, etc.-; cuando el baile se parece más al de la danza axé para hacerlo mas fácil o más parecido al baile de moda y menos al de los blocos, algo no del todo bueno está sucediendo. Se está dejando de lado un patrimonio cultural propio y se lo está cambiando por otro.
Si, uno puede participar de otras expresiones culturales (yo no tengo un blog de tango) pero cuando varios de los blocos afro pasan a hacer (ser) otra cosa, ahí ya tenemos una dominación de un tipo de música, de baile sobre otro. Cuando los criterios estéticos de un grupo son reemplazados por los de otro, que tiene más plata, más poder o más prestigio social, sin duda hay dominación.
Cuando comencé a ir a Bahía a principios de los 80s, era el boom de los afoxés. Yo no sabía mucho sobre danza afro, pero fui a un concurso o una presentación de varios afoxés y era ver una danza más increíble que la otra. Estaban creando una forma de bailar, la sacaban de los terreiros, la alteraban un poco y la ponían en la calle (lo que, por cierto, también les valió algunos entredichos con la gente de candomblé, uno no mexe con la tradición impunemente). Era una invención de una tradición, pero dentro de parámetros propios, con una intención cultural/política muy clara. Era: “vamos a festejar el carnaval como nosotros queremos, con nuestros tambores, nuestros ritmos y nuestras danzas”. Eran los comienzos o quizás ya el apogeo de la africanización del carnaval
Veinte años después, no queda tanto de eso. Quizás en los desfiles de los blocos, las danzas sigan bien afro –danzando afoxé, danza de bloco (no pude quedarme a ver el carnaval). Pero en los ensayos este tipo de música y de danza se ve cada vez menos. Cortejo Afro tocaba aceleradísimo, Olodum ídem, en ambos la danza brillaba por su ausencia o al menos, la danza afro de blocos. Muzenza mantenía una batida bailable, y puso un par de bailarines notables –entre un grupo de pibitos que hacían pasitos de candomblé con poquísimas ganas.

Ilê Aiyê - Noite da Beleza Negra 2008 (III)

Pero gracias a Dios, si uno quiere ver un bloco afro, todavía está Ilê Aiyê. Y las “negonas do Ilê” siguen danzando prá valer. No creo que haya otro bloco que mantenga tanto la danza como Ilê. Para la “escolha da beleza negra” las candidatas (unas quince) tienen que saber bailar, mesmo, aún cuando no sean bailarinas profesionales. Es en el baile que se las juzga -primero todas juntas, luego cuando van saliendo de a una. Todas saben bailar increíblemente bien, no sé si porque se criaron en el barrio o tomaron clases para el concurso o porque ya fueron tantas veces que lo aprendieron solo por estar allí. Pero es una escuela de danza popular fantástica. No se sabe si todas son o sólo parecen bellísimas, con sus peinados y sus ropas afro, y bailando como si fueran de otro mundo y ésta fuera la última vez.
Con la danza de los blocos afro (aún más que la de candomblé de los terreiros) parece que la gente nadara en el aire, se desplazan de una manera que difícilmente se ve fuera de Bahía. La forma de desplazarse que tienen pegada al piso es muy complicada de imitar. En uno de los años anteriores, recuerdo que la reina le pasó la corona y el cetro a su sucesora bailando, una entraba de un lado y la otra de otro, y se intercambiaban los atributos sin parar de bailar. Eran puro movimiento, como dos peces en el agua cortejándose.
No es que la danza no haya cambiado, claro. Fue muy ilustrativo ver este año cómo bailaba una de las reinas antiguas (de fines de los 70, creo, o comienzos de los 80). Hacia movimientos más cortos, bruscos y chiquitos de brazos, bailaba más inclinada –más parecido a la danza que se ve en los terreiros. Las reinas y postulantes actuales bailaban de una manera más estilizada, especialmente los brazos más extendidos y el tronco más vertical (no siempre, podía bailar quebrando hacia el piso, pero en momentos hacían movimientos más parados y extendidos). Los pasos seguían siendo los de los orixás y era en los brazos donde más innovación e improvisación se veía –lo que parece distinguir a la danza de blocos afro de las de orixás.
Se ve, entonces, una innovación y una evolución, pero dentro de la estética y de la lógica del propio movimiento. No se sustituye una cosa por otra, se transita por nuevos senderos dentro de un camino propio. Se desarrolla y se profundiza una estética propia, no se adopta la de otro grupo social.